Iban 0-0 y faltaban 15 minutos. Un ayudante del técnico Ventura le dijo a De Rossi que entrara, pero el volante defensivo De Rossi respondió “tiene que entrar él, no yo”. Se refería al goleador del Napoli, Lorenzo Insigne. No entró ninguno. Italia estaba perdida desde mucho antes. ¿Desde cuándo? ¿Hasta cuándo?
Los candidatos a ganar el Mundial (los grandes de siempre) habrán respirado aliviados. Italia será un escollo menos. Nunca conviene jugar contra Italia. Celebran Alemania, Inglaterra, Francia, España, Brasil. Y Argentina. El cuco azzurro lo verá por TV.
Habrá un desastre económico, en principio. La Federcalcio perderá los 12 millones de dólares que la FIFA asegura a los 32 participantes iniciales del Mundial y quedará afuera del reparto del total de 700 millones, según cada equipo progrese en el torneo.
La Serie A, ya de segundo orden en el concierto europeo, también quedará devaluada. Bajarán los cachets televisivos de los equipos y las transmisiones de pago. En correlato, los patrocinadores y, en consecuencia, el protagonismo en el mercado. Que nadie se extrañe si hay una diáspora del Calcio de futbolistas extranjeros .
Italia pierde una generación. Gigi Buffon, a los 38 años, anunció su retiro internacional. Barzagli, su compañero de la Juve, y De Rossi, de la Roma, también se despidieron. El DT Ventura tiene las horas contadas, acaso las 48 que el presidente de la Federcalcio, Tavecchio, dijo que se iba a tomar para ver qué hacer.
Este fracaso de la Selección, el mayor de su historia porque faltará a un Mundial después de 60 años, es el reflejo de una competencia interna devaluada. Juventus gana campeonatos en fila (van 6); Roma, Lazio, Napoli “están ahí” pero no concretan. Inter y Milan se llenan de estrellas de dudosa eficacia y son manejados por capitales chinos. La Juve, en su plantel multicampeón sólo tiene 7 italianos. ¿De dónde se nutrirá la Selección? En la competencia continental el fútbol italiano está lejos de su época de gloria. Milan ganó la Champions en 2007, Inter en 2010 y la Juve perdió las finales de 2015 y 2017. Los clubes de Italia no asustan en Europa.
Lo último, acaso lo más importante. El juego. Hace poco Chiellini dijo que Guardiola les “hizo mal a los defensores italianos”. El estilo de salir jugando se opone al fuerte y arriba histórico de los rudos zagueros. España creció con el juego del Madrid y del Barça; Inglaterra juega más y mejor por la influencia de jugadores y técnicos extranjeros. Para revivir, Italia va a tener que jugar al fútbol.
