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Ivana Palacios: la historia detrás de la foto

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Repetimos que es una guerra, que es cosa de vida o muerte, que más que jugar hay que poner el cuchillo entre los dientes. Así nos lo vendieron, porque a alguien le conviene. Compramos, curiosamente sin quejarnos por el precio. Y así lo repetimos.

El fútbol femenino, sin embargo, tiene la oportunidad de legitimarse dejando de lado muchos de esos vicios. Con larga historia, pero con un reciente proceso hacia su profesionalización que por ahora solo queda limitada a algunas jugadoras selectas de Primera División, la disciplina invita a entender que no hay rivales, sino compañeras de lucha con otra camiseta. Y que es tan importante ganar el partido en cancha como ganar espacios afuera. Juntas.

Una imagen del ascenso, fruto del incansable trabajo que hacen desde el portal tribunero.com, es ejemplo de esa unión en la que el fútbol femenino se fortalece y se reivindica. Sucedió en el partido de vuelta del repechaje de la Primera C para clasificar a las semifinales del ascenso. Argentino de Merlo y Sportivo Italiano jugaban uno de esos partidos que bien podrían entrar en la prehistórica definición de vida o muerte. Ivana Palacios patea una pelota y su marcadora llega tarde, ocasionándole una lesión que la obligó a dejar el campo. Nadie sabe dónde está la camilla, por lo que a la número tres la sacan entre dos compañeras, una con su misma camiseta, otra con colores diferentes.

🙌⚽A mí dame este fútbol siempre. Argentino de Merlo y Sportivo Italiano se jugaban nada menos que la clasificación a las…

Publicado por Junín24 Fútbol Femenino en Jueves, 17 de diciembre de 2020

«Yo me puse re contenta de que una chica del otro equipo se haya ofrecido a ayudarme a salir del campo. Camilla había, porque si hay ambulancia imposible que no haya camilla. Pero en ese momento no sé por qué no apareció. Pero gestos como el de las chicas de Italiano me ponen muy contenta. Incluso hace unos días otra jugadora me mandó un mensaje preguntándome cómo estaba. La jugadora que llegó tarde a la jugada y me llevó el pie también se acercó a preguntarme cómo estaba y me pidió perdón. En el momento de la lesión me asusté, creí que ya no iba a poder jugar lo que queda del torneo. Me quería matar», le contó Ivana Palacios a Junín24 Fútbol Femenino.

Argentino de Merlo terminó ganando ese partido 2-0 y clasificando con global de 4-1 a las semifinales, donde las espera Vélez. Por suerte para la jugadora de 16 años, se confirmó que su lesión no es de gravedad y estará lista para recibir este domingo a las de Liniers en el partido de ida. «No es nada grave. El médico me dijo que era un esguince. Me sacaron por eso, si no seguía jugando. Por suerte al otro día fui al masajista y me dijo que solo fue un golpe. Estoy para jugar mañana», aseguró.

La reestructuración del formato de definición de los ascensos, debido a que la pandemia de coronavirus obligó a suspender el normal curso de un torneo que se disputaba todos contra todos y a doble ronda; dio nuevas expectativas a los equipos que habían quedado algo más relegados de la cima, que al momento de la suspensión era de Tigre. Tanto Argentino de Merlo, que estaba tercero, como San Miguel, que estaba cuarto, confían en que pueden dar el golpe en semifinales.

«Así como en la serie contra Italiano nosotras no nos confiamos en tener ventaja deportiva, ahora tampoco pensamos en que la ventaja deportiva la va a tener Vélez. Todos los partidos se tienen que jugar del minuto cero hasta que termina. Nosotras vamos a salir a ganar, con mentalidad positiva. Ya estamos contentas con el lugar al que llegamos, porque recién para este torneo empezamos con el proyecto de sumarnos al torneo de AFA. Y ahora vamos por más», remarcó la carrilera.

Ivana, que en el pasado tuvo pruebas exitosas tanto en Ferro como en Huracán pero no pudo quedarse en esos clubes porque los horarios de entrenamiento no le coincidían con los del colegio, sabe que por nombre Tigre y Vélez son los candidatos al ascenso. Pero cuando toca hablar de equipo, está segura de que el suyo no tiene nada que envidiarle a ningún otro.

«Por el nombre es lógico que vende que asciendan Tigre y Vélez, pero ellas no son superiores a nosotras. Por ahí creen que sí y está bien porque habla de que son positivas. Pero nosotras somos un gran equipo y los partidos hay que jugarlos. Cuando nosotras le ganamos 1-0 a Vélez en el torneo, después le hicieron una entrevista a una jugadora y dijo que Argentino de Merlo no era nada, que habíamos ganado de casualidad. Nosotras nos reíamos porque en definitiva estamos en la misma instancia que vos. ¿Por qué no somos nada? Si te jugamos y te ganamos ahora qué vas a hacer. ¿Otra vez decir que fue casualidad?«, señaló.

Y agregó: «De local no perdimos ni un partido, entonces es importante abrir la serie con un buen resultado, poder ganarles. Si pudiéramos sacar algunos golcitos de diferencia mucho mejor, porque después vamos allá y es muy distinto. Tienen cancha de sintético, a la que están mucho más acostumbradas. En el transcurso de la cuarentena perdimos jugadoras importantes. Nos quedamos con lo que teníamos y nos propusimos jugar con todo. Este es el equipo, tenemos nivel para jugarle a todas si lo hacemos como sabemos. Con lo que tenemos ya le ganamos a Italiano allá y acá. Así que nadie nos puede venir a tirar abajo».

De familia futbolera, que la acompañó desde que con seis años quiso a empezar a patear una pelota, es consciente que ahora que tiene 16 le toca asumir responsabilidades que tal vez no sean las habituales para alguien de su edad. Y está dispuesta a hacerlo, incluso ahora que la revancha de las semifinales tocará jugarse apenas un día después de Navidad.

«¡Qué me importa! Navidad hay todos los años. Pero una oportunidad como esta no. Así que solo pienso en la revancha con Vélez. En enero me veo ascendida a la Primera B. No es que me confío, ni nada. Pero yo con mi equipo le juego al que sea. Hicimos amistosos con Excursionistas, con Ferro y con Deportivo Español, todos equipos de categorías superiores pero ninguno nos superó», explicó.

Y agregó: «Las más grandes hablan mucho con nosotras y agradecemos eso. Además de ser nuestra motivación, siempre están ahí al pie del cañón con todo lo que nos pasa. O nos dicen que no perdamos la fe, que somos re chicas y tenemos un re futuro. La motivación y las ganas de seguir siempre están. Tener 16 años y saber que tengo que defender los colores de una camiseta en una semifinal, para pasar a una final por un ascenso, ¡no sabés lo que es! Es como tener un bebé y tener que cuidarlo de chiquita con 16 años. Es como una súper responsabilidad con tan poca edad… Crecer de golpe».

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Por Juani Portiglia

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