El carismático entrenador fue echado el pasado 23 de febrero, sólo nueve meses después de guiar al Leicester al histórico título de la Premier League. El conjunto inglés se encontraba en 17º posición en la tabla antes de su salida, coqueteando con los puestos de descenso.
«Es aterrador. Leí en una publicación que yo estuve involucrado en una reunión tras el partido ante el Sevilla (de ida de octavos de final de la Champions League), cuando realmente estuve tres horas pasando un control antidopaje», señaló Vardy.
El jugador inglés, de 30 años, asegúro que las acusaciones de que él influyó en la decisión de la junta directiva de prescindir de Ranieri son «tristes» y «falsas».
«Pero la historia está ahí, la gente la lee, saca sus propias conclusiones y tanto tú como tu familia e hijos acaban recibiendo amenazas de muerte», dijo, y agregó: «Intentas salir adelante. No es fácil cuando la gente te corta con el coche cuando tu mujer está conduciendo con tus hijos en el asiento de atrás. Ha ocurrido varias veces»
Según la cadena británica BBC, varios futbolistas del Leicester, entre ellos Vardy, se reunieron con el dueño del club después de la derrota en Sevilla en la ida de Champions League.
El equipo sumó cuatro victorias en otros tantos partidos tras la marcha de Ranieri y la llegada de Craig Shakespeare, ante Liverpol (3-1), Hull City (3-1) y West Ham (2-3), en la Premier League, y sobre Sevilla (2-0), en la Champions.
Sin embargo, Vardy negó rotundamente las acusaciones y dejó claro que «si había problemas, se hablaban en la oficina».
«Sí había problemas estos se hablaban en la oficina del entrenador o poníamos algo en la tabla de tácticas, ya que él (Ranieri) estaba contento cuando le dábamos nuestra opinión», sostuvo.