Jorge Sampaoli habló por primera vez después del fracaso como seleccionador argentino en el Mundial de Rusia 2018. Y no mostró una gran autocrítica sobre todos los problemas futbolísticos y de grupo que se dieron durante la competencia. Rompió el silencio y se defendió.
«Me tomé un tiempo para analizar mi proceso en la selección, para analizar el post Mundial. Necesitaba este momento de análisis para sacar en claro cosas de cara a mi futuro», declaró Jorge Sampaoli en una entrevista con el diario deportivo Marca de Madrid.
«Simplemente me tomé un tiempo para profundizar en esa experiencia vivida y para eso quise estar aislado y desmenuzar las cosas. Yo soy una persona que trabaja de entrenador de fútbol. Me alejé de la vida mediática. Pero no dejé de hablar con el mundo del fútbol, ni perdí mi vida social, ni dejé de ir al cine, ni de irme a tomar un café a un bar. Y nadie cara a cara me criticó, al contrario», enfatizó sobre las duras críticas recibidas luego del Mundial, aunque según él nadie le dijo nada en la calle.
«La decisión de Messi es muy personal. Solo él sabe qué necesita y hay que respetarlo».
Sobre lo que pasó durante su gestión, que terminó con un rotundo fracaso, expresó: «Fue un año en un lugar, la selección, de mucha tempestad, exigencia, obligación, inmediatez, donde nosotros y los jugadores estábamos obligados solo a ganar y en esa tesitura fue muy duro hacerla fluida, más allá de que todo estábamos muy involucrados. La mochila que tenía este grupo era demasiado pesada, estábamos todos empujados a un camino de obligación en la que era difícil hacer surgir el talento».
«Muchas veces tuve que acercarme a muchos futbolistas para que disfrutasen… No sé, yo creo que preparamos muy bien el Mundial, pero luego la Copa en sí no fue tan buena, obvio. Debíamos tener equilibrio para que la obligación de ganar que tenía el jugador argentino no generara más ansia. Cada partido era casi un sufrimiento. Pero dicho eso, le digo: nunca se dejó de entrenar bien, de preparar los partidos a fondo», agregó Sampaoli.
«Yo creo que todo los que estuvimos allí fuimos honestos en la aportación. Y yo también. Le puse mucho corazón y sentimiento, pero no alcanzó».
Con respecto a las reuniones de los jugadores durante el Mundial y la merma significativa en su poder de decisiones, contó: «Toda reunión era para aportar. Fue un momento muy complejo. Todo lo externo se nos metió en la concentración. Pero todo se hacía para ayudar, para mejorar, para intentar ser, y no solo estar. Nos invadió la inmediatez, la necesidad. Pero el problema no son las reuniones, el problema es que las reuniones se vuelvan públicas. Los jugadores de Argentina del 86 se reunían constantemente, pero nos enteramos 20 años después de que salieran campeones. Yo creo filosóficamente en la participación y en el compromiso. En el fútbol y en la vida. Nos juntamos para buscar soluciones y, si eso termina en el living de las casas porque la televisión lo cuenta o en la pantalla de un celular por una red social, ocurre lo contrario. En este contexto, lo peor sería que pasáramos a juntarnos para destruir o que nos volviéramos escépticos hacia los otros».
¿Qué le puedo reclamar a Chiqui si en parte es una víctima de la sociedad argentina exitista?, destacó Sampaoli.
Cuando le preguntaron si haber participado a Javier Mascherano en las decisiones tácticas fue un error, aclaró: «No, fíjese que yo lo tomo como una decisión honesta en pos de que Argentina prosperase como grupo. Busqué todas las maneras para involucrar al grupo, para tratar de que el jugador se sacase la mochila de no ganar, esa ansiedad que les impedía desarrollarse individual y colectivamente. Una cosa era los entrenamientos, que eran de un nivel altísimo, y otra los partidos, donde no podíamos sostener ese nivel de juego. Además, Masche era un gran jugador de fútbol».
Luego volvió a referirse a las duras críticas que cayeron sobre su trabajo: «Las críticas fueron tan grandes como la expectativa que había. Yo llegué con el 95% de aprobación de la gente, pensando que Jorge Sampaoli podía darle a Argentina ese ansiado campeonato del Mundo con el más grande en la cancha. Y cuando no se dio, vino la crítica. Pero no tengo rencor con nadie».