Esa camiseta tiene gloria. Pesa. La usaron grandes jugadores y goleadores en la historia de River como Bernabé Ferreyra, Adolfo Pedernera, Leopoldo Luque, Juan Gilberto Funes y Ramón Díaz, entre otros. También Enzo Francescoli, nada menos, cuando levantó la Copa Libertadores de 1996. Y Fernando Cavenaghi, otro ídolo del club la vistió en última gran conquista continental. Ahora, por decisión de Marcelo Gallardo, su dueño será Julián Alvarez, un chico de las Inferiores del club.
Alvarez fue inscripto para esta segunda parte de la Libertadores e ingresó en lugar de Marcelo Larrondo (se fue a préstamo a Defensa y Justicia), quien tenía la 9.
Para sostener el proyecto que se inició con la firma de la renovación de su contrato, Gallardo le dio la confianza a Alvarez junto con otros cuatro juveniles (su hijo Nahuel, Kevin Sibille, Héctor David Martínez y Cristian Ferreira) para sumarse a los profesionales e integrar la lista de buena fe de la Copa Libertadores.
Alvarez juega en la Reserva que dirige Facundo Villalba y aún no debutó en Primera, pero sigue cumpliendo sueños.
Es que, a los 18 años, el pibe nacido en Calchín (un pueblo de Córdoba, de no más de 2.500 habitantes, ubicado a 110 kilómetros de la capital provincial) viene de ser sparring de la Selección Argentina en el Mundial de Rusia.
«Disfruté mucho la experiencia de estar cerca de los jugadores de la Selección mayor. Fue muy fuerte tenerlo cerca a Messi, es el mejor de todos. Impresiona mirarlo en los entrenamientos y ver lo que hace con la pelota”, le comentó el juvenil delantero a Clarín.
Julián Álvarez junto a Lionel Messi en el predio de Ezeiza.
No se mareó antes y tampoco ahora el pibe más allá de que le dieron la 9 para integrar la lista de la Copa Libertadores con River. “Vivo este momento con tranquilidad, sabiendo que es algo muy lindo”.
No es casual el presente de este chico cordobés. Detrás suyo hay una historia que siempre lo condujo al fútbol a pesar de la resistencia de algunos sentimientos personales. Es que a Julián le costaba quedarse en un club porque extrañaba su pueblo y a su familia.
A los 11 años le surgió una prueba en el Real Madrid. “Estuve jugando campeonatos infantiles en Real Madrid, tenía 11 años pero recién a los 13 el Real Madrid podía ficharme definitivamente en el club. Para hacerlo en ese momento, se tenía que trasladar toda mi familia y nos teníamos que instalar allá. Me volví a Córdoba”, contó.
Julián Álvarez, a los 11 años, con la camiseta del Real Madrid y en el clásico ante Barcelona. (Foto: Gentileza familia Álvarez).
Luego de volver a su lugar natal, Julián siguió jugando al fútbol en su club de origen y continuó haciendo pruebas. Fue así que llegó a Boca y también estuvo en Argentinos. Pero no se quiso quedar.
“Viví en la pensión de Argentinos pero la experiencia no fue buena. No por el club, sino porque no me gustaba quedarme solo. Estaba acostumbrado a que mi familia me acompañara a todos lados y por eso decidí volverme”.
Julián Alvarez junto a Gonzalo Higuaín a la salida de un partido del Real Madrid en el Santiago Bernabéu.
Los sentimientos personales hacían resistencia y chocaban con los deseos del futbolista que buscaba aflorar. Hasta que hubo un click. ¿Cuál? La aparición de River. “A fines de 2015 me probé para River, quedé y arranqué en enero de 2016. Soy hincha de River y eso me dio fuerza para ir y quedarme en la pensión del club. Sigo extrañando el pueblo y a mi familia pero vienen bastante a Buenos Aires a verme, así que estoy contento”, narró Alvarez.
Al momento de hablar de River, Julián destaca a Juan José Borrelli. “Lo tuve como técnico y me hizo crecer mucho en lo futbolístico”, afirmó. Y contó una cuenta que le dicen Pipa porque se parece a Lucas Alario.
Alario no usó la 9 pero jugó como centrodelantero. ¿Y si a Julián le toca debutar y ser el joven protagonista de la película en este 2018 como lo fue el Pipa en el 2015? Ya cumplió varios sueños. Va por más.
