Los hinchas de Vélez amanecieron este lunes con la peor noticia: Mauro Zárate,el hijo pródigo, el héroe que volvió al club para salvarlo del descenso, cambió su parecer histórico y, en una decisión inentendible para la mayoría, dejó el Fortín para sumarse a Boca.
Pero lo más grave de todo esto no es el hecho en sí, sino la cantidad de veces que el propio Zárate se había encargado de afirmar que en el país sólo jugaría en el Fortín, club en el que sus hermanos también hicieron carrera y cuyo apellido es considerado intocable. O era.
Las primeras informaciones hablan de que Mauro hasta habría terminado su relación con su hermano Roly, además su representante, que tampoco estaba de acuerdo en su partida al Xeneize.
Lo único cierto es que Zárate dejó la Villa Olímpica, saludó a sus compañeros y tiene todo listo para convertirse en refuerzo de Boca. Y los hinchas de Vélez perdieron desde este lunes a quizás su último gran ídolo.