Con demora, ya que se lo esperaba cerca de las 7.30 y su vuelo aterrizó en Carrasco a las 8.50, Luis Suárez bajó del avión y se subió a una camioneta que lo esperaba en la pista para evitar el contacto con el periodismo. Cuentan aquí en Montevideo que esta costumbre se repite desde que juega en el Barcelona, por pedido del club catalán.
Lo concreto es que a partir de hoy, y de su encuentro con Oscar Tabárez y con el médico del plantel («la sanidad» como lo expresan los uruguayos con su bello uso del idioma) se empezará a develar si podrá estar el jueves ante Argentina.
Ayer el Maestro no ofreció demasiadas pistas. Lo más lógico sería que no juegue, porque en realidad viene para continuar su rehabilitación de la lesión de rodilla derecha que se produjo el 16 de agosto ante Real Madrid y que según el diagnóstico inicial va por la mitad del recorrido.
Luis Suárez (c) se toma la rodilla derecha durante el partido entre Barcelona y Real Madrid, un par de semanas atrás en el estadio Santiago Bernabéu. (EFE)
También se especula con que se quede en el banco y sí juegue el martes contra Paraguay.
El tema aquí en Montevideo está en la calle. Hay mucha preocupación porque Uruguay viene de perder tres partidos seguidos por Eliminatorias y su posición de clasificación directa está en riesgo. A ese se agrega el rival, Argentina y Messi generan mucho más que respeto. Por eso, Suárez alcanza la categoría de salvador, más allá del gran momento de Cavani.
Habrá que esperar. Esta tarde habrá un entrenamiento a puertas cerradas y luego conferencia de prensa de dos jugadores. ¿Hablará Lucho? ¿Jugará finalmente? La novela continúa.
