El último miércoles, la Primera División de 9 de Julio de Chacabuco cerró su 2021 de manera inmejorable derrotando 3-2 a Argentino en el partido de vuelta de La Finalísima, habiendo igualado 1-1 en la ida, y coronándose campeón de la liga local por quinta vez consecutiva; primera desde la partida del entrenador Agustín Lavagnino, quien ahora estará a cargo de comandar a Sarmiento en la que será su tercera temporada en la Primera B de AFA.
Para Florencia Marquesi, con pasado en Newbery, fue el primero, después de haber jugado la pasada final con Huracán y de haber dejado atrás una lesión de rodilla que le demandó una larga recuperación. Para Carolina Fonti, que defendió la camiseta de Las Guerreras de la UNNOBA, fue el quinto, aunque esta vez con la responsabilidad de haber tenido que reemplazar en el tramo final del torneo a la capitana y defensora Anahí Curaratti, quien sufrió una lesión. Ambas terminaron con la copa en una mano y con la otra marcando el cinco. Ambas se encargaron también de ponerle voz a una nueva coronación de Las Lobas.
«Tuve que adaptarme al equipo, porque todas juegan y se conocen muy bien. Hace como cinco años que vienen juntas. Lo primero era ganarme el puesto. Después poder rendir. Empecé en una posición que nunca en mi vida jugué, de nueve, y a veces terminaba tan frustrada que me iba llorando de los entrenamientos, porque todas esperaban el gol y no la podía meter. Decidí hablar con el técnico para jugar en una posición más libre, en la que pudiera correr. Después terminé jugando de volante, a veces más abajo. Y en el partido de ayer (miércoles) me tocó el gol. Se me llenaron los ojos de lágrimas y sentí mucha emoción, porque fue en una final y ahí terminé de sentir que le di todo al equipo. Me siento muy orgullosa«, señaló Florencia Marquesi.
«Hace nueve años fui con una amiga al club y pedimos que se pusiera un técnico para tener fútbol. Arrancamos de cero con Agustín Lavagnino. Cuando se fue, agarró Eduardo Roca, que es un chico que juega en el club. Súper bien. Tenía la misma idea que Agustín y además, como se mantuvo el equipo, nosotras sabíamos que íbamos a mantener esa idea que tantas veces nos había llevado a buen puerto. Después él por cuestiones de trabajo tuvo que dejar y estuvimos un tiempo con el preparador físico, donde ganamos el Torneo Preparación, un torneo corto que se hizo después de la pandemia pero que no era oficial para la Liga de Chacabuco. Ya después agarró Gustavo Correa, que nos dirigió en este torneo«, agregó Carolina Fonti.
A diferencia de otros torneos en los que habían sido dominadoras de inicio a fin, esta vez Las Lobas tuvieron que correr desde atrás después de haber perdido precisamente ante Argentino en la ronda de todos contra todos, lo que le dio al clásico rival la posibilidad de clasificar de manera directa a La Finalísima. Entonces, cuando volvieron a encontrarse en la final de la Liguilla, una derrota las habría dejado fuera de cualquier aspiración al título.
«Jugamos todas las finales contra Argentino, salvo la del torneo anterior contra Huracán. Incluso la primera la ganaron ellas. Por el primer partido de este torneo no hay excusas. Perdimos y perdimos. No jugamos mal. Tuvimos un penal mal cobrado. No tuvimos a nuestra capitana (Anahí Curaratti) que es la defensora más importante que tenemos y ellas tienen una muy buena delantera. No sé si podríamos haber dado más. No nos fuimos mal de la cancha porque no habíamos jugado mal. Pero perdimos«, recordó la ex-UNNOBA.
Y ya sobre la definición del campeonato, agregó: «Ganar en la Liguilla nos dio el envión anímico para jugar La Finalísima. Es algo que te re levanta. Tuvimos lesiones, muchas bajas en el final del torneo, pero lo sacamos adelante. Por suerte somos un grupo grande. A la hora de entrenar éramos como treinta. Por suerte el técnico no tuvo problemas con ninguna que le cuestione sus decisiones y las chicas a las que por ahí no les tocaba ni siquiera ir al banco siempre siguieron yendo a entrenar».
Una particularidad que tuvo la final para ambas jugadoras fue que le tocó desenvolverse en roles en los que habitualmente no se desempeñan, precisamente producto de esas lesiones que tuvo el plantel en el trayecto. Carolina Fonti fue defensora en una línea de tres de emergencia, mientras que a Florencia Marquesi le tocó hacer de carrilera.
«Me tocó la vara muy alta porque tuve que reemplazar a Anahí cuando se lesionó. Es una jugadora muy rápida, que te habla, te ordena. Yo jugaba de cinco y como también se nos lesionó la lateral tuvimos que improvisar con una línea de 3″, dijo la mediocampista que fue parte del seleccionado de Chacabuco que hizo historia en el provincial de 2019. Sobre su rol, la jugadora que fue subcampeona de Liga Deportiva del Oeste con Las Aviadoras señaló: «A lo último ya no me daban más los pulmones. Y me gritaban. ¡Flor, bajá! ¡Flor, agarrá! Yo escuchaba que todo el mundo me gritaba. El DT, las chicas. Te bloquea, porque no sabía qué hacer. Quería estar abajo porque se nos venían. Pero después si tiraban un pelotazo querían llegar arriba también. Al final ya no me daba más la rodilla, jaja».
Siendo ambas jugadoras con mucho recorrido en las canchas de Chacabuco y la zona, saben bien de las dificultades que presenta la práctica del fútbol y su convivencia con otras actividades como el trabajo y los estudios. Sacrificio ese que siempre le da un sabor todavía más especial a la victoria. «Se complica. De todos modos yo salgo a las cuatro de trabajar y entrenamos a la noche. Pero en el cuerpo se siente. Yo que siempre jugué estudiando o yendo a la escuela, ahora que empecé a trabajar no es lo mismo, jaja«, dijo Carolina Fonti.
En el caso de Florencia Marquesi, en el último tiempo sumó al trabajo incluso una actividad deportiva más en la que se destaca. El paddle. «Yo trabajo en la casa de mi pareja y podía ir tranqui a entrenar. No tenía problemas. Sí estaba a full con el paddle, que lo dejé por el fútbol porque no me daban los horarios. Se me recargaban mucho las piernas. Me decidí por el fútbol. Me han coincidido final de paddle y de fútbol. Ahora jueves y viernes quedé clasificada a un Master y juego. Tengo una compañera y no la puedo dejar en banda. No sé cuando vuelva a agarrar la paleta qué va a pasar. El fútbol me tira mucho, aunque en un momento estaba re cebada con el paddle. Ahora si vamos a estar de vacaciones con el fútbol le voy a meter».
Habiendo conquistado 9 de Julio su quinto título consecutivo, marcando un importante predominio en la liga local, ambas jugadoras se ilusionan también con la posibilidad de disputar un torneo que trascienda las fronteras de Chacabuco, aunque saben que ello conlleva también la reunión de muchos esfuerzos que van más allá de lo deportivo.
«Creo que es mucha plata. Cuando se inició el fútbol acá, que yo empecé en 9 de Julio con Belén Cieri, viajábamos para todos lados en combi y ya ahí se complicaba. Te estoy hablando de 2014, ponele. Íbamos a jugar contra Lincoln, Junín. Pero se dejó de hacer por los gastos. De todos modos me encantaría, sería re lindo. Yo jugué en Newbery de Junín y salimos subcampeonas. Me quedé a vivir en Junín, daba tenis en Sarmiento y después muy poco en Rivadavia. Después me volví a jugar a Chacabuco», expresó Flor Marquesi.
Esa posibilidad de salir a jugar por la región la presentaba el Torneo Provincial de Selecciones que Chacabuco disputó por primera vez en 2019 con una gran actuación que lo llevó a semifinales y que desde entonces no se ha jugado producto de la pandemia de coronavirus, aunque en el Consejo Federal de AFA hay intenciones de tener esa competencia de regreso en 2022.
«La experiencia que tuvimos con la Selección fue terrible. Nunca imaginamos que íbamos a llegar tan lejos. Estuvimos entrenando, ahora con Yanina Martino como técnica. Cortamos cuando se cerró todo de vuelta, después volvimos a arrancar. Lo tomábamos con el mismo compromiso que entrenaríamos para jugar un partido. Por ahí no siempre éramos la cantidad que quisiéramos en los entrenamientos, pero nunca se cortó el ir a entrenar y mantener el grupo unido», explicó Caro Fonti.
Por último, la mediocampista que compartió junto al entrenador Agustín Lavagnino los festejos de cuatro campeonatos se refirió a la llegada de este a Sarmiento y a las posibilidades que se le pueden abrir a muchas jugadoras de 9 de Julio a las que el DT conoce muy bien. «La verdad es que tenemos jugadoras que son distintas, que se estuvieron probando en clubes de Buenos Aires y que están para más. Entonces, qué mejor que él les pueda abrir ese camino y que el día de mañana quizás hasta puedan vivir del fútbol. En nuestro caso, que nos hicimos amigas de nuestras compañeras, siempre va a ser más la felicidad por la posibilidad que se les presenta que la tristeza por perderlas del equipo».
Por Juani Portiglia