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Miriam Mayorga, a un año del debut en el Mundial de Francia: «Se reviven recuerdos muy lindos desde otro lado»

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10 de junio de 2019. El Parque de los Príncipes, en París, lo coparon las que no quisieron ser princesas. Después de once años y ocho meses, la Selección Argentina de fútbol femenino volvía a jugar una Copa del Mundo. Enfrente, Japón. Subcampeón mundial vigente. El inicio, emocionante. El final, histórico.

10 de junio de 2020. Miriam Mayorga, jugadora de UAI Urquiza, ya tiene en sus manos el título de médica que un año atrás llegó a hacerla dudar entre la posibilidad de viajar a Francia o iniciar su residencia. Mientras recorre los recuerdos que le traen al presente las redes sociales, vuelve a convencerse de que no se equivocó.

-¿Qué te fue pasando en estos días que se llenaron de recuerdos mundialistas?

-Sin dudas, para mí es imposible no acordarse. Van saltando los recuerdos en las redes sociales. Inevitable acordarse de días especiales, como el día que fue FIFA a hacernos la foto, el recibimiento en el estadio. Se reviven recuerdos muy lindos desde otro lado.

-Es todo un momento el de los retratos de FIFA, ¿no?

-Es un lindo momento, para el que nos preparamos. Había que hacer caras, festejos, muchas poses que generaron algo muy lindo. Nos reímos mucho.

-Más allá del rodaje que tenían muchas de ustedes como futbolistas, el Mundial les debe haber presentado muchos momentos a los que no estaban acostumbradas…

-Claro que sí. Fueron todas sorpresas para bien. Las estructuras, todo lo que rodea al evento, la gente que trabajó en el Mundial. Era sorprenderse en todo momento. Fue lo mejor que nos pudo pasar.

-¿Volviste a ver los partidos?

-Mucho tiempo no los quise ver. Pero hace muy poquito, durante esta cuarentena, volvieron a trasmitirlos y ahí me senté como una espectadora, con el mate, a revivirlo. También fue muy lindo.

-¿Te cambiaron sensaciones respecto a las que recordabas haber tenido en cancha?

-No. Pero sí pensé, ahora que ya pasó un tiempo, en todo lo que se generó con el Mundial, en todo lo que tenemos por delante. Una después sigue pensando de la misma manera, en todo lo que tenemos que crecer. Pero fue un envión anímico importante para todas.

-Llega el debut contra Japón e imagino el Himno como primer gran momento.

-A mí, como a muchas compañeras, lo primero que se me vino a la cabeza fue la familia. Sabíamos que iban a estar prendidos a la tele, que son los que nos acompañan desde el primer momento y los que comparten con nosotras, en carne propia, tanto las cosas buenas como las cosas malas que nos pasan. Fue pensar en eso. Y obviamente no hay nada más emocionante que escuchar el Himno argentino, con la bandera. Sabés que estás en otro país, que la tenés que defender. Es muy emocionante. Pero después hay que tratar de manejar las emociones para que no influyan a la hora de jugar el partido.

-¿En algún momento te ganaron esas emociones?

-No. Creo que cuando suena el silbato ya estás en partido. Por ahí, los primeros minutos son los que más cuestan hasta que le vas tomando el ritmo.

-Lo que decís coincide con un inicio en el que por ahí Japón las tuvo a maltraer. Después se fue emparejando…

-Si. El inicio es difícil por todo lo que acontece. Se puede hacer mucho análisis previo, pero otra cosa es estar jugando ahí el partido, proponiendo. Obviamente sabíamos que nos estábamos enfrentando a una potencia mundial. Creo que con el correr de los minutos pudimos empezar a manejarlo un poco más. Por ahí lo planteamos más defensivo porque por no estábamos en condiciones de atacar. Y el final también costó, por todo el desgaste físico que eso nos había generado. Al final, pudimos lograr ese primer punto en un Mundial.

-Mucho se habló de un planteo extremadamente defensivo contra Inglaterra, se apuntó al entrenador. Pero también muchas de tus compañeras contaron con el tiempo que en cancha sintieron que no había nada que hacer. ¿Lo viviste así?

-Fue el partido que más sufrí de los tres. Parecían invencibles en todos los aspectos. Pasaban de jugar por abajo a tirar el cambio de frente, los centros. Realmente pueden plantearse muchos esquemas para diferentes situaciones, pero sinceramente en el desarrollo no podíamos.

-Imagino que las sensaciones opuestas terminó generando el partido contra Escocia, porque hasta quedó esa sensación de que lo podían haber ganado…

-Sí. Sabíamos que era ganar o ganar, que no había otra chance. Obviamente Escocia era un gran rival, que había sido primero en su zona para clasificar al Mundial, con buenas jugadoras técnicamente. Pero al final sí, todas nos quedamos con la sensación de que con unos minutos más incluso podríamos haber hecho otro gol. Incluso con una jugada que tuvimos muy clara y pasó muy cerquita del travesaño.  Y una se plantea qué hubiese pasado si el primer gol lo hacíamos nosotras. Pero también quedamos conformes con lo que se hizo.

-Te tocó estar en el banco el momento en que el partido se empieza a descontrolar y entrar cuando ya era una locura. ¿Cómo lo viviste?

-Justamente estaba entrando en calor al costado de la cancha y el técnico me llama. Cuando íbamos perdiendo 3-0 yo pensaba no puede ser, por qué nos pasa esto. Quizás si era 1-0, pero una diferencia así vos sabés que es muy difícil en un partido de fútbol, más en ese contexto. Cuando me llama el técnico es cuando hacemos el primer gol. Una se emociona con decir vamos a ver, por ahí se puede. Y ya ahí todo se empezó a descontrolar. Como dije, se empató y sentimos que lo podíamos haber ganado.

-¿Cómo viviste los días en los que, pese a que era muy difícil, había que esperar resultados para saber si entraban o no en octavos?

-Creo que eso es algo muy personal, donde cada una decide si mirar los partidos o no. Personalmente no quise verlos, por la angustia y la ansiedad que me generaba. Opté por enterarme del resultado final.

-Si tenés que elegir un momento, a nivel personal, de tu Mundial y tu estadía en Francia, ¿con cuál te quedás?

-Creo que fue el debut contra Japón. Porque era el primer partido, por lo que significó, por el estadio, por ser el debut de muchas de nosotras en un Mundial y porque logramos ese primer punto para Argentina en una Copa del Mundo. Me quedo con eso. Fuera de la cancha, creo que lo que todas esperábamos era conocer la Torre Eiffel. Pudimos hacerlo. Además estábamos en un hotel muy cerca y todas las noches salíamos al balcón a ver si estaba ahí o se iba a mover. Pasábamos muy lindos momentos.

-La vuelta al aeropuerto, el recibimiento, también fue toda una postal…

-Cuando estábamos llegando al aeropuerto hablábamos de si iba a haber gente, porque por ahí eran poquitos, sobre todo porque era muy temprano. Llegamos y había mucho ruido, mucha gente esperando. Nenas muy chiquitas que quisieron ir y que los padres las llevaron. Hicimos fotos. Fue una situación muy linda que nunca nos había pasado.

-Después tuvo lugar el planteo de algunas referentes, el alejamiento. ¿Cómo lo asimiló el grupo? ¿Sentís que algunos medios lo utilizaron en contra de ese impulso que estaban tomando?

-Muchas veces los medios aprovechan ese costado que puede ser más mediático. Pero como grupo creo que nos fortalecimos. No teníamos que enfocarnos en la polémica, sino concentrarnos para reafirmar el crecimiento en los Juegos Panamericanos. Hay que ser profesional, seguir entrenando. No había tiempo para hacer otra cosa. Metíamos doble turno, seguíamos un plan de alimentación, le dábamos importancia al buen descanso. Nos preparamos muy bien como grupo para lo que se venía. Íbamos a Lima a buscar una medalla y lo pudimos hacer.

¿Fue un espaldarazo esa medalla?

-Sí. Fue la primera vez que Argentina conseguía una medalla. El objetivo era estar en el podio y cuando nos vimos en la final entendimos lo que significaba jugarla. Colombia tenía un buen equipo. Se dieron los penales y si bien perder en esa instancia fue muy triste, cuando bajamos un poquito la adrenalina quedamos más que conformes con lo que hicimos.

-Un año después del Mundial, por fin llegó el título de médica…

-Lo tenía en trámite desde el año pasado y justo ahora me llegó. Desde principios de 2019, cuando me recibí, empecé a pensar que en algún momento voy a tener que elegir entre las dos profesiones. En ese momento no sabía si empezar la residencia o no. Estaba la posibilidad de jugar un Mundial. Las dos cosas me apasionan, pero son incompatibles por una cuestión horaria. En ese entonces tomé la decisión con el apoyo de mi familia. Elegí aprovechar ese gran año de fútbol.

-¿Y ahora?

-Es algo que estoy evaluando. Al no saber si este año va a haber fútbol o no, pensé en empezar a ejercer. Estoy un poco a la expectativa. Voy a ir viendo. Siento la necesidad de ejercer, hacer una residencia, estar en el hospital.

Por Juani Portiglia

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