Morena Iraola: del Nocturno con Villa Belgrano a Primera División con Vélez, en un año que fue mágico

Lo maravilloso de la todavía joven carrera de Morena Iraola como futbolista es que se le pueden adjudicar diferentes inicios. Porque ella misma entendió que tenía que reinventarse, mutar, para que las cosas no terminaran cuando otros entendieron que debían terminar, sino que florecieran cuando ella estuvo lista para florecer. Hubo un inicio fundacional en French, de la Liga Nuevejuliense, y otro semiprofesional en Sarmiento, haciendo su estreno en AFA en la temporada 2021 de Primera B. Hubo un golpe duro a finales de 2022 que incluso la llevó a dudar de sus propias condiciones y un reseteo en Boca de Carlos Casares, equipo con el que llegó a competir en Copa Federal. Nos gusta, sin embargo, pensar que el inicio de la historia vertiginosa que al cabo de un año la llevó a convertirse en jugadora de la máxima categoría del fútbol argentino fue en El Bosque, cuando llegó como una más a participar de su primer entrenamiento con Villa Belgrano, en la previa del Nocturno 2024.

El grupo la recibió con brazos abiertos, algunas ya sabiendo quién llegaba para sumar y otras no, pero dispuestas a saber. Y a confiar. Más de una vez el DT, Cristian Contrera, se encargó de ir a buscarla a 9 de Julio para que pudiera entrenar o jugar. Otras tantas lo hizo su mamá, firme siempre atrás del alambrado desde los inicios. El desinterés que había sufrido en carne propia durante su primera experiencia en Junín, especialmente después de jugar el partido de su vida ante Banfield en una eliminación por el ascenso a Primera que a Las Maestras solo se le negó por la escandalosa influencia arbitral, se transformó en acompañamiento minucioso, sensible incluso a sus necesidades fuera de la cancha.

Valió la pena tanto esfuerzo, porque la confianza que había perdido en algunas pruebas frustradas por volver al fútbol de AFA, empezó a recuperarla casi de inmediato con un póker de goles ante Independiente en su estreno oficial como Villera. Había acumulado 11 en nada más que cuatro partidos, conduciendo al equipo a una semifinal que llevaba años sin disputar. Para ese entonces, ya había puesto los ojos en ella Hernán Clemente, entrenador de Camioneros, y Agostina Zeller, una amiga que había hecho en El Verde, también hizo la tarea de convencerla. La semana de pruebas de la que participó fue un éxito y de ambas partes se selló el compromiso vinculante. Lejos de molestarse, aunque conscientes de la magnitud de la pérdida, en El Bosque inflaron el pecho por saber que habían sido parte del resurgir. Y la siguieron acompañando, a la distancia.

Camioneros la recibió con el mismo cariño. Allá también construyó grupo viviendo en una pensión a la que nunca le faltó nada y pagó con grandes rendimientos que la llevaron a ser una de las goleadoras del Campeonato 2024 de Primera B, con 18 goles a lo largo de las 22 jornadas de la fase regular, en la que el equipo sumó 39 puntos igual que Vélez, su nuevo destino. Pero en los playoffs, no lograron revertir la derrota 1-0 sufrida ante All Boys en condición de visitante y el empate 2-2 en casa, en el que merecieron mejor suerte, las dejó fuera de competencia mucho antes de lo que esperaban. No se había cumplido el año desde que Morena Iraola había disputado su primer partido con Villa en el Nocturno cuando el teléfono volvió a sonar con la invitación de un rival con el que se habían sacado chispas, ahora listo para abrirle las puertas de su nueva casa. De una nueva historia que a punto está de comenzar.

-¿Cómo te encuentran tus primeros días en Vélez?

-Súper feliz, porque no me lo esperaba. Ya estoy entrenando con ellos desde hace dos semanas. Vivo en la pesión y firmé mi primer contrato. Eso no se cómo explicarlo, todavía no caigo. Y ni siquiera es porque me importe la plata, sino por el solo hecho de firmar ese compromiso. Es sentirse profesional, es otra cosa. Es que de una vez llega ese reconocimiento para quien es jugadora de fútbol. Yo no ascendí con Vélez y no me esperaba que me llamen, ni que me den ese contrato. Le doy mucho valor y lo tengo que aprovechar, que hacerlo valer.

-Ahora vas a poder llevar el apellido en la camiseta…

-Ese era mi verdadero sueño, no el contrato, ni la plata. Mi apellido en la camiseta. Dicen que Dios concede los anhelos de los corazones. Y ese es el sueño que me estoy concediendo.

-Lo decís así y no puedo evitar pensar que el último año te acercaste mucho a la religión. Si se trata de creer, mejor no podría haber salido…

-Me acerqué hace muy poco y me cambió la vida, literal. Es una vida nueva. Es creer o reventar. Yo creí. Me acerqué por Sandra, mi suegra. Yo creía, pero no congregaba. Estoy contenta, porque sé que no estoy sola.

-¿Ya te pusiste a pensar en equipos contra los que te hace mucha ilusión jugar o estadios por firmar con los tapones del botín?

-Estuve pensando en cómo podría ser jugar con Boca… Son muchos equipos, muchos partidos lindos de jugar. Me da nervios de solo pensarlo. Pero sé que es peor la previa que salir a la cancha. Cuando estás ahí, es hacer lo que una sabe hacer.

-Sos el claro ejemplo de que el fútbol siempre puede ser vidriera. No importa dónde te encuentre.

-Sí. Venía de pasarla mal en 2021, 2022. Nunca me rendí. Tuve pruebas que no salieron bien. Pero supe salir de ellas, gracias a Dios. Camioneros fue una vidriera muy importante para mí y considero que me fue bien. El DT me dijo que no quería que me vaya, pero que siempre me iba a desear lo mejor, que no me podía retener. Yo estoy muy contenta, agradecida con ellos, porque apostaron todo por mí. A las chicas las voy a extrañar un montón, muy buenas todas.

-Arrancaste en French, pasaste por Sarmiento, Boca de Casares, pero me gusta pensar que esta historia empezó en Villa. Siento que recuperaste la confianza y es clarísimo que a partir de ahí no paraste…

-Me crié jugando en French. Sarmiento fue mi primera experiencia en AFA. Y Villa me dio fuerza. Creo que gente que no me había notado antes, o a la que no le gustaba que es algo que puede pasar, me notó ahí. Yo con todos estoy agradecida. Incluso desde Villa me volvieron a invitar a jugar este Nocturno y les había dicho que si estaba allá, encantada. Ellos también dieron todo por mí, se portaron muy bien.

-¿Sarmiento también te llamó?

-Sí. Y lo recibí re bien. Me hubiese encantado y más allá de todo es un club al que volvería. Pero pensaba jugar otro año en Camioneros. Y después pasó lo de Vélez, que no lo podía dejar pasar. Todo fue bastante junto.

-Que haya sido Vélez el club que te llamó, habiéndolo enfrentado, marca claramente que no fue por mirar una estadística o un par de videos. Ellos vieron en cancha qué es lo que les podés dar y supongo que eso de mayor confianza todavía para iniciar una nueva experiencia.

-Claro. Me vieron jugar, me enfrenté dos veces contra ellas. Algo se ve que les gustó. Yo estoy súper contenta. Ya hablé con el DT, con las chicas. Es muy lindo todo lo que se está armando.

-¿Y el club?

-Tiene todo para aprovechar. Es muy hermoso. Por eso también hay que valorarlo. Es enorme. Me perdí en el estadio, imaginate. Todo es muy nuevo para mí y todavía no caigo. Quiero disfrutarlo al máximo, no me quiero perder de nada en el camino.

-¿Qué esperas del nuevo año y la primera experiencia en la máxima categoría del fútbol femenino no solo para vos, sino también para el club?

-Ahora toca entrenar y que nos vaya bien. Es un grupo hermoso y tenemos todo. Es cuestión de hacerse cargo, esforzarse, jugar y que nos vaya bien. Es un equipo al que enfrenté y tal vez no era el cuco que todos los equipos veíamos en Talleres. Pero creció en la etapa más importante del torneo.  Además, yo opto por conocer antes de juzgar. Y viéndolo desde adentro, me encanta el grupo que hay.