Arrancó el Mundial de Budapest con un sabor agridulce para Federico Grabich. El nadador de Casilda terminó en el puesto 26 de los 200 metros libre con un tiempo de 1:47, 89. El más rápido de la mañana en el Duna Arena fue el chino Sun Yang registró una marca de 1:45, 78. «Estoy contento», aseguró Grabich. «Mi objetivo era entrar a semis porque ya lo había hecho en Kazán, que había quedado 11, pero sabía que acá iba a ser difícil», añadió.
Con la turbina encendida, Grabich nadó los primeros 50 metros a un ritmo alentador, 24,93. Y los repitió en el segundo largo, 51,99. Yang, por ejemplo, nadó las dos primeras piscinas en 51,42. Hasta el tercer pase, el santafesino se mantuvo entre los tres primeros de su prueba; sin embargo, se pinchó en los últimos 50 metros. «Las tres primeras piletas las hice al ritmo de los seis primeros, pero los 50 finales me costaron. Desde Río que no podía salir fuerte en esta carrera. Siempre en 53 segundos y hoy salí pensando que estaba en ese ritmo, pero iba en 51. Es muy bueno ir relajado en ese tiempo, aunque también es arriesgado», analizó. ¿Por qué la jugada? «Tenía que arriesgar. Era la única manera que tenía. Estaba ranqueado 27, terminé 26», explicó.
Grabich volverá a competir miércoles, en los 100 libre, disciplina en la que se subió al podio en el último Mundial, en Kazán 2015.
