En el partido ante Unión, en Santa Fe, se vio un Ricardo Centurión muy falto de fútbol. Enemistado con la pelota. Nunca pudo ser ese jugador desequilibrante que rompe las defensas. Se notó que en Europa (estuvo un año en el Genoa) casi no jugó. De hecho, el Chacho Coudet se hizo responsable de su mala actuación y señaló que quizás se apuró en ponerlo.
El Wachiturro sabe que en el fútbol argentino no se pueden dar ventajas y es por eso que quiere ponerse a punto. Con la autorización del cuerpo técnico de Racing, Centurión empezó a entrenarse de manera personal todas las tardes. Trabaja con un exentrenador de las inferiores de Racing y un amigo que lo ayudan con los ejercicios con y sin pelota. Lo hace en Puerto Madero, cerca del lugar en donde vive.
Centurión sabe que está en deuda con los hinchas. Quiere demostrar que Racing no se equivocó en volver a confiar en él y por eso está metido de lleno en recuperarse. Además, muy en sus adentros, cree que es posible tener una chance en la Selección argentina. Es lo que sueña.
Coudet volverá a ponerlo contra Huracan, el domingo, pese a que el volante no está en su mejor nivel. Lo quiere cuidar, pero sabe que no hay otro jugador tan desequilibrante. De hecho, el gol de Racing ante el Tatengue vino en un corner que él mismo pateó. Será el encargado de la mayoría de las pelotas paradas.
En Racing no ven la hora de que se ponga a punto. Saben que cuando esté bien, será el mejor refuerzo del mercado.