Mientras se ocupa de los últimos ajustes para el debut ante la polaca Magda Linette en la que será su 19ª participación en el Abierto de los Estados Unidos, el nombre de Serena Williams queda involuntariamente ligado a una polémica por la indumentaria posparto que lució en la última edición de Roland Garros.
«Creo que a veces hemos llegado muy lejos. El conjunto de Serena de este año, por ejemplo, no será aceptado más. Hace falta respetar el juego y el lugar», aseguró el presidente de la Federación Francesa de Tenis (FFT), Bernard Giudicelli, en declaraciones a la revista «Tennis Magazine» en una señal de querer endurecer el código de la vestimenta de los tenistas en el futuro.
Williams, de 36 años y ganadora de Roland Garros en tres ocasiones (2002, 2013, 2015), reapareció el pasado junio en el Grand Slam francés con un ajustado mono de color negro que, aseguró, le mejoraba la circulación sanguínea y le ayudaba a recuperarse tras su difícil parto el pasado septiembre.
«Casi muero después de dar a luz», reveló entonces la ex número uno del mundo, que relató que tuvo que permanecer postrada un mes y medio por la aparición de varios coágulos pulmonares.
Giudicelli añadió que aunque su veto a prendas como la de Williams llega «un poco tarde para 2019, porque las colecciones ya se han diseñado», contempla comenzar a aplicar el cambio a partir de 2020.