Néstor Ortigoza se fue por la puerta de atrás de San Lorenzo. Al volante central, emblema del equipo de Edgardo Bauza que obtuvo la Copa Libertadores 2014 (marcó el gol de penal de la consagración), no le quisieron renovar el contrato y se fue a Olimpia de Paraguay, donde jugó poco en estos últimos cuatro meses. El presidente de San Lorenzo, Matías Lammens fue el principal factor de la salida del Gordo, pero ahora se abrió una chance para que el futbolista regrese al club.
Lammens y Ortigoza se reunieron este martes para limar asperezas y negociar el posible retorno. Según trascendió, el presidente puso en pausa al volante y le pidió tiempo para reunirse con el flamante entrenador del equipo, Claudio Biaggio. Lammens juega su carta, pero expone al DT que debe responder si quiere o no al jugador de 33 años en el plantel que pelea la Superliga y debe afrontar la Copa Sudamericana.
¿Será el Pampa quien le suba o baje el pulgar a Ortigoza? Sin dudas dará su opinión, pero se entiende que la decisión final pasará por Lammens. «Pagué muy caro el haberme ido», declaró el Gordo hace un par de semanas, tras haber rescindido con Olimpia.
Ortigoza jugó los últimos cuatro meses en Olimpia de Paraguay.
El volante nacido en Merlo y naturalizado paraguayo (jugó el Mundial de Sudáfrica 2010) se había ido del Ciclón en julio tras enfrentarse con Lammens: pidió un contrato por dos años y le ofrecieron uno, y con una sensible rebaja en su sueldo. Físicamente el volante -siempre cuestionado por su peso- se encuentra en óptimas condiciones ya que hizo una pretemporada personal en Luján junto a un preparador físico.
Sin embargo, las chances de que Ortigoza vuelva a ponerse la camiseta de San Lorenzo parecen pocas. El futbolista tiene una oferta concreta de Tigre (el nuevo entrenador, Cristian el Lobo Ledesma lo quiere) y los objetivos del Ciclón en este mercado corren por otro carril: comprar a Paulo Díaz y traer a Federico Pachi Carrizo, que lo pidió el DT.
¿Entonces? Habrá que esperar por la reunión entre Lammens y Biaggio, que quedó en la incómoda situación de dar una respuesta por Ortigoza, aunque la decisión definitiva pasará por el presidente.