Sarmiento venció a Origone y se convirtió en el primer finalista del Nocturno de Primera División

Incluso cuando Sarmiento logró establecer rápida ventaja en el marcador producto de una definición de Jake Silva que encontró complicidad en la respuesta de Patricia Vargas, no logró que su juego terminara de fluir. Y lo que pudo ser simplemente una mala noche en cuanto al ensamble colectivo, se vuelve llamado de atención si se tiene en cuenta que tampoco ante Villa, en cuartos de final, había encontrado sociedades y conexiones de manera frecuente; algo que sí había tenido a lo largo de una fase de grupos con buenas medidas de competencia, especialmente en los duelos ante Independiente y BAP.

Incluso cuando Origone recibió demasiado rápido un cachetazo que seguramente le cambió el plan de acción, continuó enfocado en achicar espacios, con gran despliegue físico de Priscila Novillo en la recuperación, y expectante de poner a correr a Milagros Suárez, que durante todo el torneo le ofreció alivio al equipo de Agustín Roca.

Pero Sarmiento, que se excedió en los traslados de pelota y desaprovechó la oportunidad de juntar pases que ofrece un plantel en el que es evidente la riqueza técnica, solucionó muchos de sus problemas a partir de la jerarquía individual en jugadas específicas. Tras un fallido intento de despeje de Daniela Ferro que casi termina adentro de su propio arco y un remate al primer palo forzado por Silva que sí pudo despejar Vargas, esa virtud se trasladó a pies de Francesca Álvarez, que no tuvo más que recibir en las puertas del área y armar un remate preciso, también potente, que ubicó junto al palo más lejano a la posición de la arquera para señalar el 2-0.

Poco más que defender había logrado Origone en la primera mitad, pero se revitalizó en el complemento a través de la figura y la gambeta de Milagros Suárez. Las Maestras, en cambio, perdieron incluso algo de esas buenas resoluciones individuales, recayendo en jugadas desprolijas, forzadas, con mediocampistas desconectadas, delanteras demasiado lejos de la zona de gestación y laterales que quedaron prácticamente obligadas a subir la pelota, perdiendo así sorpresa para proyectar vacías.

En esos minutos que fueron todo menos vistosos, el alivio lo aportó la propia Suárez, que en una acción individual que inició desde la derecha del ataque fue dejando rivales en el camino, aguantando choques e incluso sorteando a pura potencia una última barrida de Brunella Gutiérrez, antes de meterse al área para quedar mano a mano con Rocío Lamelza, apostando a una definición sutil que se metió junto al palo para marcar el descuento que devolvió al equipo de Agustín Roca al partido y le rompió a la arquera su invicto de más de seis partidos y un tiempo en el Nocturno.

Después del sacudón, dos ingresos en mitad de cancha mejoraron a Sarmiento. Sofía Bonaterra se plantó en la zona central con el chip de conducir menos y juntarse más; mientras que Milagros Cerri fue el nexo que faltaba entre medios y atacantes. Llegó con un buen centro de Francesca Álvarez desde la derecha y buen desmarque de Jake Silva para cabecear limpio, aunque sin la potencia suficiente para complicar a Patricia Vargas. Pero Origone ya se había envalentonado y Milagros Suárez presionado el interruptor del modo incontenible, para en dos acciones casi sucesivas arrancando desde la izquierda provocar dos infracciones que le valieron sendas tarjetas amarillas a Luisina Garrido, quien tuvo que salir masticando bronca no solo por dejar en inferioridad numérica al equipo de Mariano Vila en un momento de apremio, sino además por perderse una final a la que en ese momento estaban sacando boleto.

Cinco minutos más tarde, para que Las Maestras no sufrieran en exceso esa complicación, Milagros Cerri envolvió una pelota que recibió sobre la medialuna para desairar a su marca y en el mismo movimiento quedar armada para un remate que ubicó pegado al palo, medido, para el 3-1 que devolvió la tranquilidad perdida. Tuvo el equipo de Marisa Martínez, de todos modos, una chance más de descontar, porque Agustina Espíndola abandonó la cueva para proyectar en ataque, ganarle a Florencia Gamarra en su intento de cerrar sobre la banda izquierda y después también yendo a trabar con Brunella Gutiérrez, para probar al arco con un remate que salió cerca, tras un leve desvío. Antes del final fue Keila Espíndola, asistida por Cerri, la que se perdió la oportunidad de hacer más abultado el marcador, pero también de meterle presión a Soledad Cuadro en la tabla de goleadoras.

Sarmiento terminó saliendo airoso de una noche que le planteó más de un problema y tendrá tiempo de sobra para corregir de cara a la final en la que le tocará defender e título conquistado en el Clausura, para la que en primer lugar deberá esperar hasta el jueves antes de conocer -y analizar- al rival que saldrá del cruce entre UNNOBA y BAP, dos a los que ya enfrentó más de una vez en el partido definitorio de un torneo, con amplia variedad de desenlaces.