En las horas previas al comienzo de una nueva temporada de la NFL, uno de los principales temas de conversación poco tiene que ver con el juego. Es que la última campaña publicitaria de Nike provocó una enérgica reacción del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y cosechó respaldos en el más alto nivel del deporte norteamericano.
La tenista Serena Williams, que está en las semifinales del US Open, y el basquetbolista que se prepara para su primera temporada en Los Angeles Lakers, salieron a apoyar la nueva campaña que tiene como protagonista a Colin Kaepernick, el ex mariscal de campo de San Francisco, equipo de la NFL, la liga estadounidense de fútbol americano, que en 2016 encabezó la protesta en contra del racismo y la violencia policial a los afroamericanos en Estados Unidos hincando su rodilla sobre el césped cada vez que sonaba el himno nacional.
Por su parte, Trump realizó declaraciones en un diario conservador en contra de la campaña y lanzó: «Es un mensaje terrible». En incluso en las redes sociales empezaron a circular imágenes con zapatillas de la marca de la pipa prendidas fuego. Toda una puesta en escena.
El punto de partida de esta historia es que se cumplieron 30 años del histórico eslogan de la marca deportiva estadounidense Nike: «Just do it». Y en la campaña publicitaria los creativos fueron a fondo para que el lema adquiriera un nuevo significado: combinaron marketing y política, y lograron el objetivo de toda publicidad, ser masivos.