Luciana Caraballo nació hace 15 años en San Isidro, vivió los primeros años de su infancia en Santa Fe y más tarde se mudó a Neuquén, donde hace casi una década ya que juega al fútbol. Jamás vivió en Junín, pero la ciudad la conecta con los recuerdos más felices de su abuelo Augusto. El sonido de trompeta que la despertaba en la mañana, haciéndola soñar antes de abrir los ojos que estaba en las tribunas del Eva Perón. Las fotos y los videos, las historias compartidas que apenas tuvo noción para elegir la convirtieron en hincha de Sarmiento, para siempre.
«Antes de irme para Santa Fe, varios años antes, mis abuelos vivían allá. Mi abuelo, Augusto Caraballo, era de Junín. Él fue de Sarmiento toda la vida. Me mostraba videos, camisetas. Cuando yo fui siendo más grande, me hice de Sarmiento porque toda mi familia es de Sarmiento. Mi abuela, mis tíos, mi tía… Todos. Antes era de Boca, pero me hice de Sarmiento por mi abuelo a los seis o cinco. De Boca era porque sí, pero no lo sentía. Ahora no sabés cómo sufro cuando veo los partidos. A veces lo tengo que sacar y lo vuelvo a poner porque me agarro una bronca…», empezó relatándole a Junín24 Fútbol Femenino la delantera de la Sub 16 de Pacífico, equipo cuya Primera División está preparándose para enfrentar a UAI Urquiza el próximo primero de enero, por la Fase Final de la Copa Federal.
Aunque por cuestión lógica de la edad y la distancia pudo ir mucho menos de lo que hubiese querido a ver fútbol en el Eva Perón, su estreno en el estadio se dio mucho antes que pudiera procesarlo. «A los 6 meses entré a la cancha de Sarmiento en los brazos de Matías Fisher. El padrino de mi hermana, Luciano Lo Bianco, también era jugador. Fue la primera vez que estuve en un partido y esa es la primera camiseta que tengo de Sarmiento. Ya más de grande volví a ir a la cancha con mis familiares. Estuvimos de vacaciones, fuimos a la pileta del club y nos dejaron entrar a ver la cancha», contó con entusiasmo.
Y agregó: «Tres o cuatro veces fui a ver a Sarmiento. Quisiera ir más seguido ahora que soy más grande y puedo viajar. Ya me hice socia, todo. Mis familiares van. Mi abuela que vive en Junín, mi tía y mi tío que viven en Buenos Aires. Me mandan videos, me mandan fotos. También tengo una foto con Vicentini en la puerta de su casa. Un día me llevó de sorpresa mi tío Hernán. Abrió la puerta y estaba Vicentini, yo no lo podía creer. Casi me pongo a llorar. Me firmó la camiseta, todo».
El amor por el Verde que le transmitió su abuelo mutó también en amor por el fútbol y a Luciana Caraballo ya no le alcanzaba solo con el rol de hincha, también lo quiso jugar. Empezó siendo la única nena en un equipo masculino, Grandes Héroes, y después se pasó a Independiente de Neuquén, donde pese a que tuvo que seguir jugando con los nenes, ya encontró a otras que como ella habían pedido su lugar en la cancha. Su primer equipo femenino fue Bandurria, donde estuvo 4 años antes de pasar a Patagonia, que con nada más que 14 la vio debutar en Primera División. Su llegada a Pacífico es reciente, pero vivió como una más la histórica clasificación a la Fase Final de la Copa Federal, donde jugadoras que en tan solo unas semanas pisarán el césped del Predio Lionel Andrés Messi, son también sus profesoras en Sub 16.
«El fútbol, para mí, representa el amor por mi abuelo. Cada vez que juego le dedico los goles. Él siempre me apoyó, hasta el último momento de su vida. Tocaba la trompeta y me levantaba con las canciones de Sarmiento. Cuando falleció fue cuando más le metí. Él llegó a verme jugar una o dos veces, porque está muy lejos Junín. Pero me di ese gusto. Y le mandábamos videos para que me viera», recordó.
CAMISETAS DE SARMIENTO QUE DESFILAN POR NEUQUÉN
Quienes la conocen saben a la perfección de su fanatismo. Con quienes mantiene un trato más ocasional, se sorprenden de la camiseta que luce con orgullo y hasta le hacen preguntas sobre su procedencia. Algunos pensarán que es la única, pero ella sabe bien que en tierras neuquinas no solo son parte de su familia los que comparten la pasión. «Siempre me preguntan, porque encima tengo un montón. La rosa, la verde agua, la común, algunas viejas. Ahora tengo la que dice 72 años del Eva Perón. Tengo un montón y la gente me pregunta, cosas básicas. Hay veces que voy por la calle, acá en el centro de Neuquén, y me encuentro un chico con una musculosa de Sarmiento. No sé cómo se llama, nada. Me lo cruzo cuando voy a entrenar«, resaltó Luciana Caraballo.
Y agregó: «En el club me dicen que debo ser la única hincha de Sarmiento. Pero debemos ser dos. Yo también lo he cruzado teniendo la camiseta de Sarmiento, pero nunca nos dijimos nada. La próxima vez que lo vea le voy a preguntar, porque no puede ser. Mi cábala es la verde, de 2023. Y la más chiquita, la de cuando era bebé, es la mejor porque está firmada por todos los jugadores de ese año. Es de 2009″.
MAESTRA, ALGÚN DÍA…
Desde el año pasado, la jugadora de Pacífico también comenzó a seguir con frecuencia el andar de Las Maestras en el fútbol de AFA, a través de las redes sociales y también prendida al celular cada vez que su familia le hace llegar el enlace de una transmisión. En ese acercamiento al fútbol femenino de Sarmiento, ya se hizo de jugadora favorita. Tal vez pronto, igual que pasó con Vicentini, la que abra la puerta de la casita sea Lourdes Palavecino. Quizás también, porque ya se lo fijó como meta, algún día les toque compartir cancha.
«Recién el año pasado lo empecé a seguir por Junín24 y a veces por la página oficial, que salen algunas cosas. También vi partidos por Youtube. Si no estoy enterada, mi familia me pasa los enlaces por WhatsApp y ahí me meto a verlos. Me gusta cómo juega Palavecino, Luli. Me encanta, juega re bien. Y la sigo. En Instagram sigo a varias. A veces las etiquetan en alguna página y enseguida las sigo. Nunca le hablé a ninguna. Tengo que ir a algún partido de ellas también», contó Luciana.
«Desde chiquita siempre quise jugar en Sarmiento. Racing, Boca, Independiente también son equipos femeninos que me gustan. Pero en Sarmiento me encantaría jugar. Yo quiero estudiar, pero sin dejar de jugar. Quiero hacer el profesorado de educación física, que creo que en Junín está. Así podría hacer las dos cosas. En algún momento me gustaría ir a probarme. Me gustaría salir de Neuquén, jugar en otro lado. En Sarmiento me encantaría, ya sea en AFA o en formativas», dijo sobre su sueño de ser parte algún día de Las Maestras.
PACÍFICO EN LA COPA FEDERAL
Dentro del club, sin distinción de género ni categoría, hay una revolución por el hecho de que la Primera División femenina vaya a representar a la provincia en la Fase Final de la Copa Federal y enfrentando nada menos que a un gigante histórico del fútbol femenino nacional como UAI Urquiza.
«Acá Pacífico es el más grande de Neuquén, en masculino y en femenino, que viene de ganar la Copa Neuquén. Las chicas están muy emocionadas con la oportunidad de jugar la Copa Federal. Ya arrancaron la pretemporada hace dos semanas. Yo arranco esta semana, así que vamos a estar todas juntas entrenando. Nosotras recién empezamos a jugar en febrero. Las chicas no van confiadas, pero van a ganar. Estuvieron viendo muchos partidos de UAI, están súper enfocadas en el objetivo. Y si no se da, no se da. Pero ojalá se les de. Nos seguimos mucho entre todas las categorías. Si a nosotras nos toca jugar antes, nos quedamos en el club a verlas a ellas, comemos algo en el club, vemos partidos hasta que juegue Primera. O puede pasar que nosotras jugamos un domingo y Primera un sábado, así que por suerte siempre me queda bien para ir a verlas», explicó.
Conocedora de los talentos que disfruta el equipo en el que decidió dar continuidad a su carrera, Luciana Caraballo recomendó también algunas jugadoras a seguir cuando la televisión nacional se encargue de mostrar a todo el país de qué están hechas las futbolistas con las que comparte día a día en el club. «Nombraría a Cecilia Acosta, que es la capitana y muy buena persona. Me tocó entrenar con ella y es muy buena. También Valentina Tosar, que juega en Primera y es mi profesora. Juega muy bien, de nueve. También las dos mellis, Jazmín y Abril Puñi, con las que nos hemos juntado tanto en la cancha como fuera del club y son muy buenas personas«, dijo.
Y agregó: «Todas en Pacífico son muy buenas personas. Durante la Copa Federal, ellas concentraban en un hotel que está cerca del club y cuando volvían, algunos días nos invitaban a merendar, a comer la fruta o algún yogurt con ellas. Siempre se juntan en el quincho del club cuando nosotras salimos de entrenar. En el femenino se dan mucho esos vínculos. Incluso quiero darle las gracias a mis profes de Pacífico. A Valentina Tosar, Manuela Alemán y Azul Arévalo».