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Sufrir, combatir, desempolvarse y seguir: UNNOBA está en las semifinales de la Copa Federal

UNNOBA se metió a las semifinales de la Región Bonaerense Pampeana Norte tras imponerse por penales en una serie durísima ante Racing de Fortín Olavarría, luego de igualar sin goles la revancha que se disputó en cancha de Rivadavia de Junín. En la ida, había sido empate 1-1. La próxima semana, volverá a verse las caras con 9 de Julio de Chacabuco.

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Saben Las Guerreras, por estar participando de la competencia por cuarta edición consecutiva, que por la Copa Federal nadie anda sobrado. Tardó en confirmarse a lo largo de la presente temporada, en que la organización dio vía libre para entrar casi a cualquiera que levantara la mano. Tras un andar a puro gol tanto en fase de grupos como en octavos de final, los cuartos sí presentaron ese escenario que hizo rememorar años anteriores. El rival, Racing de Fortín Olavarría, que como las dirigidas por Diego Carpinella en LDDO está acostumbrado a dar vueltas olímpicas en la Liga de Rivadavia.

Si nadie anda cómodo es precisamente porque nadie regala nada. Por el contrario, se contemplan todos los recursos al alcance para incomodar al rival. Por eso UNNOBA no celebró su noche del amigo y antes que saliera el sol emprendió viaje al Fortín para disputar la ida, en una cancha que corroboró cuánto más árido es el clima 300 kilómetros al suroeste de la provincia de Buenos Aires. Llegó con bajas importantes, como las de su capitana Juana Garayalde, Lucía Mansilla, Nadia Ramírez y Camila Torres. Y no tardó en notar, a poco que sonara el silbatazo inicial, que el Capítulo Cuartos iba a contarse muy diferente a los anteriores.

La iniciativa inicial fue del local, que ocupó mejor la mitad de la cancha y apeló de inmediato a su espíritu luchador para ganar en las divididas y avanzar metros como si se tratara de un juego de estrategia. Una de las primeras en encender la alarma fue Belén González, que rápido registró que tan importante iba a ser meter como intentar jugar. Incansable para hacer la banda, trabó todo lo que tuvo que trabar para expandir ese contagio al resto del equipo. Y cuando Las Guerreras dieron guerra, también empezaron a controlar el ritmo de las acciones.

Sobre los minutos finales del encuentro, la propia González marcó un golazo que le dio aires de justicia al trámite y que pareció sentenciar que la vuelta a casa sería con ventaja en la serie. Sin embargo, de una pelota parada llegó el empate de Racing, con la firma de Antonela Pinassi y mucho aroma a posición fuera de juego que no habrá VAR que pueda confirmar o desmentir.

Para la revancha, UNNOBA tomó revancha. Dispuso el mismo horario de la ida. Está bien si ni de regalar ni de regalarse se trata la Copa. La cancha de Rivadavia de Junín ofreció además los espacios que tantas veces faltaron en Fortín Olavarría y la disponibilidad de aquellas que no habían podido viajar una semana atrás parecía ser una llave importante para destrabar. Pero el trámite fue inverso, porque el inicio de Las Guerreras que prometió ser arrasador, especialmente por lo que propuso una Lucía Mansilla enfocadísima en hacer daño y jugar vertical, de a poco fue metiéndose en el territorio de la fricción que le quedó mucho más cómodo a la visita.

En la escasez de ocasiones de gol, ambos equipos se sacudieron con remates que devolvió el travesaño. Primero fue Juana Garayalde la que casi aprieta el puño desde un tiro libre. Después Vanesa Requena la que a punto estuvo de sorprender a Rafaela Carbone. El ingreso de Felicitas Gil para iniciar el complemento le dio frescura al ataque y otra vez UNNOBA quiso plantar bandera bien lejos de su arco. Se topó, de todos modos, con la figura de Ivana Kozac, que ni concedió un espacio ni falló un despeje y obligó a que Sofía D’Ambrosio retrocediera demasiados metros para entrar en contacto con una pelota que parecía empeñada en no querer leer cada uno de sus desmarques.

Racing se quedó con una jugadora menos cuando todavía quedaba mucho camino por recorrer, tras una infracción de Zaira Carreras que salió a buscar lejos y pagó con su segunda tarjeta amarilla del frío mediodía juninense. En UNNOBA, fue Camila Torres, ya amonestada, la que se salvó de ser castigada con la misma rigurosidad, tras frenar en dos ocasiones a una picantísima Vanesa Requena cuando ya le había ganado la posición. En la cancha ya estaba también Yanina Greco, que reemplazó a una Belén González más errática que en la ida y no tardó en hacer lo que a esas alturas el partido ya pedía por favor: probar al arco. Fresca de piernas, la ex-BAP se liberó rápido de su marca y sacó un remate al que solo le faltó una dosis de potencia para terminar de incomodar a la arquera de la visita.

Ya sobre los minutos finales del encuentro, también Luz Lezna, que jugó al límite toda la serie, recibió la doble amonestación que dejó al equipo de Fortín Olavarría con dos jugadoras menos en el campo. A partir de ese momento pasó poco, porque la visita exprimió cada segundo en el que pudiera evitar que se juegue, sabiendo que la Misión Penales, que a esas alturas no le quedaba nada mal, estaba demasiado cerca de concretarse. A punto estuvo de frustrar esos planes Jalo Fredez, que tras un tiro de esquina que armaron Sofía D’Ambrosio y Juana Garayalde se encontró ingresando sola por el segundo palo, con una arquera ya pasada pero sin lograr conectar de cabeza como hubiese querido, por lo que terminó lamentándose de ver una pelota que mansa eligió la ruta que la llevó por el costadito de afuera del palo.

El silbatazo que marcó el final del partido dejó ver en un solo pantallazo de rostros quién estaba haciendo su negocio y quién no. Pero incluso con la frustración a cuestas por no haber podido cerrarlo antes, fue UNNOBA el equipo que se convenció de que no tenía que contarse este domingo el final de la historia. Tras la conversión de Ivana Kozac, las ejecuciones precisas de Juana Garayalde y Sofía D’Ambrosio, sumadas a tres yerros consecutivos de la visita, permitieron tomar una ventaja demasiado grande para no pesar. Y aunque a Las Guerreras también les tocó fallar en los remates de Lucía Mansilla y Yanina Greco, aunque Vanesa Requena metió presión con la conversión y el grito cuanto menos intimidante, Pini Tamburrini demostró que incluso en los partidos en que no está fina le sobra el carácter para asumir responsabilidades y, como si estuviera pateándole a Moro en el patio de su casa, abrió el pie para ubicar la pelota bien lejos de la posición de la arquera y salir a festejar que otra vez habrá semis.

En una Copa en que nadie anda sobrado. En un torneo en que nadie regala nada. A veces también hay que enojarse. Bienvenido sea. Novemo en Chaca.

 

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