Sarmiento se impuso 3-0 a Argentino de Quilmes en el Centro de Alto Rendimiento y selló su boleto a las semifinales por el segundo ascenso a Primera División, instancia en la que deberá visitar a Newell’s en Rosario.
Todos están invitados a soñar
De cada golpe, Las Maestras se levantaron siempre celebrando. Celebrar, en un deporte en el que serán siempre más las malas que las buenas, es un privilegio que ya las vuelve ganadoras. Hace una semana, la derrota ante Vélez en la Villa Olímpica generó mayores angustias que las que merecía, precisamente por determinar una posición final en la etapa regular de la fase ascenso que se quedaba corta con los méritos que hizo Sarmiento a lo largo del año. Este sábado, en el Centro de Alto Rendimiento, hubo reacción para doblegar a Argentino de Quilmes de inicio a fin, para que el desenlace fuera repleto de abrazos, felicitaciones, sonrisas y todo el repertorio de canciones que confirmaban que otra vez el equipo jugará una semifinal por el ascenso a Primera División.
Sofia Berenguel manejó los tiempos del equipo, Lourdes Palavecino imprimió vértigo desde la gambeta y tuvo siempre a la arquera Mato en alerta con remates de media distancia. Allí estuvieron los dos puntos más altos de un equipo que, de todos modos, recibió aportes de lo más variados para golpear una y otra vez las puertas del arco de Mato, con ocasiones claras en los pies de Sofía D’Ambrosio, Morena Culaciati y Lucía Mansilla en las que siempre respondió bien la uno del Mate. La única que no pudo tapar fue un remate que Constanza Díaz sacó recostada sobre la izquierda, sobre el primer cuarto de hora del partido, que previo pique encontró un desvío en Cardozo para descolocarla y sentenciar el 1-o con que las dirigidas por Agustín Lavagnino se fueron al descanso.
Selena Wilson se recuperó en tiempo récord del golpe sufrido en tierras Fortineras que había generado gran preocupación, plantándose en el arco para responder con acierto cada vez que la llamaron a la acción. Y aunque por fortuna tocó más jugar que sufrir, también hubo firmeza defensiva en la zaga central que compartieron Florencia Gamarra y Danna Acevedo; así como un buen reparto en la doble tarea de atacar y defender requerido a Lola Bermúdez y Giovana Varales en los laterales.
En el complemento, que inició con dos remates de Palavecino que pasaron cerca del travesaño, la tónica fue la misma. Las Maestras tuvieron chances muy claras en los pies de Culaciati, Díaz y D’Ambrosio. Pero en ocasiones por Mato y en ocasiones por falta de puntería, Sarmiento convirtió mucho menos de lo que mereció. Fue Sofía Berenguel, cuando Yanela Tracchia ya había saltado a la cancha en reemplazo de Morena, quien logró estirar diferencias con un remate lejano que por primera vez en la tarde encontró una floja respuesta de la uno del Mate. Y ya en tiempo de adición, la ingresada Candela Andino, cuando también Pedersen, Illanes y Vila habían entrado como relevo, recibió una generosa asistencia de Tracchia viéndola mejor ubicada y definió de primera para superar a Mato y poner el 3-0 definitivo que hizo algo más de justicia con el trámite.
Las Maestras celebraron sabiendo que debían esperar para conocer rival y este domingo fue Newell’s el que levantó la mano imponiéndose 2-0 a Comunicaciones. El panorama: podría ya no haber partidos de local para Sarmiento camino al sueño del ascenso. Pero todos están invitados a la fiesta. La familia, los amigos, los amores, las que estuvieron y ahora alientan a distancia sabiendo que también son parte de un trayecto que inició hace tanto que por momentos pareciera borrar las primeras huellas. Las que están, pero no podrán jugar porque todo pasa por algo y hoy toca lloradita y a seguir. Las que lo intentaron años atrás y se quedaron con las mismas ganas de que suceda algún día. Las que eligieron crecer con la pelota en los pies y las observan como ejemplos a seguir. Las que compartieron pasado con otra camiseta y las alentaron a pensar que sí, estaban para dar un paso más. Los y las que las formaron en la cancha y en la vida, para asumir que pase lo que pase no será nunca sin luchar. Dos paradas más. Y no jodemos más. Todos están invitados a soñar.