Una situación confusa que es el mismo reflejo del fútbol argentino: el superclásico se quedó sin técnicos en sus bancos. Primero, Guillermo Barros Schelotto fue expulsado a los 37 minutos del primer tiempo por protestar. «Ey, Maidana, que me venga a sacar él», le decía el DT xeneize al cuarto árbitro justo antes de que el juez principal lo expulsara. La máxima autoridad decidió echarlo luego de que el gúía de Boca le recriminara con vehemencia una supuesta falta sin pelota de Batalla a Pavón adentro del área.
Pero antes del arranque del segundo tiempo, la novela siguió: el árbitro Pitana decidió mostrarle la tarjeta roja a Marcelo Gallardo por llegar tarde al campo de juego. Gustavo Barros Schelotto, asistente de su hermano, salió al cruce («¡No te vayas»!) y también tuvo que retirarse a los vestuarios. Los dos entrenadores -Gustavo y el Muñeco- se negaban a irse argumentando que este reglamento no rige para los amistosos, y por ese motivo el encuentro se reanudó unos minutos más tarde, ante la mirada recia de Pitana. «¡No saben aplicar el reglamento!», protestaba el conductor de River, hasta que tuvo que volver sobre sus pasos.