Viajó cuatro horas y fue el único hincha de su equipo

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Cuando Batata -sí, Batata- metió el 4-0 de Angra dos Reis frente al Ceres, miró hacia la tribuna y lo vio a él. Daniel Oliveira estaba solo. Fue el único hincha de su equipo en una popular que parecía envolverlo en cemento.

La imagen que ya recorre el mundo es la de un chico de 19 años que viajó cuatro horas para seguir a su humilde equipo, de la tercera división de la liga carioca en Río de Janeiro. Del resto se ocupó la tecnología: las fotos que se sacó Daniel enseguida rebotaron en las redes, el video llamó la atención de los futboleros y el club también le sacó jugo a quien hoy se puede colgar la medalla de ser un hincha fiel.

Aunque no tanto: el bueno de Daniel también es hincha del Flamengo, el equipo más poderoso de Brasil, tal como lo demuestran varias fotos en su cuenta de Twitter. Pero eso ahora no importa.

Daniel quedó inmortalizado en una imagen que sintetiza el costado positivo del fanatismo en el fútbol. Según relatan los medios brasileños, el joven salió a las 7.40 de su casa y tardó cuatro horas en recorrer los 150 kilómetros que lo separaban del estadio. Tomó un colectivo, luego el tren y más tarde otros dos colectivos para llegar a destino. Y allí se encontró solo.

Por suerte, el Tiburón -así apodan al Angra dos Reis Esporte Clube- le dio una alegría al golear 4-0 al Ceres, por la tercera división carioca.

«Grité ‘ooole’ solo. Celebré los goles, le pedí al árbitro un penal y al final volví con la victoria. Hasta el técnico dijo que mi presencia allí había sido importante para el equipo», confesó Oliveira.

El suceso revolucionó a un club muy humilde de Río de Janeiro. Tanto que triplicaron la cantidad de seguidores en Twitter y duplicaron las visitas en Facebook.

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