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Xime Pompiani, la arquera que le escribe poemas al fútbol

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Por no haber elegido ni el equipo de papá, ni el equipo de mamá, ni el equipo de mi hermano mayor, crecí escuchando lo raro que era que haya un juninense hincha de Vélez. Busqué, busqué y apenas encontré un puñado de aliados. Un día, cuando ya poco me importaba la búsqueda, vi que había también una correntina hincha de Vélez. Pero que además es futbolista, arquera, Y además es profesora de música. Y además había escrito y publicado un libro de poemas futboleros. ¿Rara? Diferente. Dueña de una combinación de características que, sin miedo a equivocarme, no reúne nadie más en el planeta.

Ximena Pompiani todavía no jugaba al fútbol cuando decidió escribir Un golazo al corazón, que no iba a ser otra cosa que el regalo de cumpleaños para un viejo amor, pero que terminó con una edición más grande de lo que esperaba: “Siempre me gustó escribir. De chica fui a un taller literario, participé en antologías, varios concursos. Lo que me motivó a escribir este libro fue una mezcla de amor y de fútbol. Iba a ser un regalo de cumpleaños, por eso iba a imprimir solo dos ejemplares. Como también estudié música, conversando con una compañera me dijo que por qué no hacía, como se hacía con los CD’s, una preventa para costear la edición y dar difusión. Así fue. Vendí más de 300 libros”.

La llegada de la correntina a Buenos Aires tuvo que ver con la posibilidad de seguir desarrollándose en otra de sus aficiones artísticas, la música. Aunque sería también la puerta de entrada a su aventura futbolística.

“Trabajando de profe de música, tuve una charla con mis alumnas sobre los sueños. Yo les decía que se tenían que preparar, que estudiar, y que para poder estar dándoles clases, porque les llamaba la atención que fuera tan joven, eso era lo que yo había hecho. Ahí hubo nenas que me dijeron que querían ser jugadoras de fútbol y me empecé a replantear un montón de cosas, porque yo también quería. Eran nenas de ocho, nueve años. Y dije, mi mamá ya no me puede decir que no. Empecé a averiguar, a buscar donde podía arrancar. Y empecé”, le contó Xime Pompiani a Junín 24.

Después de haber tenido ese intercambio revelador con sus pequeñas alumnas, dio con el club Defensores de Chaco de Moreno. No había tomado todavía la decisión de ser arquera cuando empezó a entrenarse. Solo sucedió: «Tenía 23 años. Empecé como jugadora y por una lesión de una compañera empecé a atajar. Yo vivía lejos, en Capital, y tenía un horario de viaje por el que casi siempre llegaba una o dos horas antes. Me quedaba viendo el entrenamiento de las arqueras. Teníamos una arquera y otra compañera que jugaba pero atajaba si tenía que hacerlo. En un momento se lesionaron las dos y como yo estaba en formación, dije yo empiezo a atajar a ver qué onda. Me gustaba ver cómo entrenaban”, recordó.

Al tiempo tuvo la oportunidad de irse a jugar a Comunicaciones, que estaba buscando arquera para afrontar la Primera B de AFA, categoría que en la actualidad lo tiene como uno de los candidatos al ascenso a Primera División. Pero el sueño mayor todavía estaba por llegar y era nada menos que defender el arco del equipo de sus amores, el mismo que tiempo atrás la había llevado a festejar de azul y blanco su cumpleaños de 15.

«Me avisaron que Vélez no tenía arquera y allá fui. Soy muy fanática. Fue una experiencia muy linda porque fue cuando empezó a formarse este equipo que participa de la Primera C y atrajo a mucha gente. Lo volvería a repetir», remarcó. Sin embargo, no pudo quedarse con Las Fortineras todo lo que hubiera querido y su transitar por el fútbol volvió a cambiar el rumbo: «Cuando Vélez arma para entrar en AFA, me dan la oportunidad de seguir jugando la Liga Amistad, que era la que veníamos jugando. Empezaron a poner a una defensora a atajar, algo que nunca entendí. Justo me avisan de Talleres, que iba a entrar en la C, que necesitaban arquera y fui«.

A causa de una lesión, Ximena Pompiani se ha perdido de disputar varios partidos del campeonato de Primera C, que tiene al equipo de Remedios de Escalada en la octava posición. A diferencias de la Primera B, el certamen no tiene una segunda fase con Zona Campeonato y Zona Descenso, sino que se juega a dos vueltas, todos contra todos. Esto mantiene la ilusión del equipo de poder llegar a la final del mismo peleando por el ascenso.

«Es un equipo en formación, pero con muchas potencialidades. Se trajeron chicas que venían de otros clubes, con experiencia. Se fueron ganando los primeros partidos, fue algo muy novedoso. Después nos pinchamos un poco y llegamos a fin de año en mitad de tabla», contó.

Además, dejó en claro que Talleres no le escapa a la realidad de la mayoría de los clubes de fútbol femenino en Argentina, más allá de su participación en AFA, donde el esfuerzo de las jugadoras y el cuerpo técnico es vital a la hora de costear los gastos que implica jugar un torneo de esta envergadura.

“Nosotras pagamos la cuota. Lo que menos se esperaba Talleres es tener chances de pelear por un ascenso. Ni siquiera estar jugando ya el torneo de AFA. Fue una gran sorpresa. Nos ayudan un poco con los viajes a las que vivimos lejos. Nos ponen los profes. Una linda canchita para entrenar, que no todas tienen. Pero en los partidos que salimos a jugar de visitantes, hay que juntar plata entre todas para los micros. Como yo vivo en el Oeste, muchos partidos me quedan a mitad de camino y voy directamente desde mi casa. Al cuerpo técnico mucho no le gusta, pero no me queda otra», dijo la arquera correntina.

Y agregó: «Los profes también consiguieron que nos den frutas en algunas verdulerías cercanas al club, donaciones de agua. Pero todo sale del equipo. Organizamos eventos para pagar las cuotas de aquellas jugadoras que no puedan hacerlo».

DOS LIBROS EN PROCESO

El fútbol y sus obligaciones como profesora de música no han hecho que Ximena Pompiani pierda la pasión por escribir. Al contrario, le adelantó a Junín 24 que hay dos nuevos libros en camino.

«Estoy escribiendo una novela que se llama El teléfono, dedicada a mi hermano que tuvo un accidente de autos. Hoy está con nosotros gracias a Dios, pero el está en silla de ruedas y nosotros como familia vivimos muchos cambios. También estoy escribiendo un libro de cuentos para chicos, que todavía no decidí cuándo voy a publicar. Antes quería leer libros relacionados al fútbol y tanto no encontraba. Ahora tengo varios en mi biblioteca».

Por Juani Portiglia

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