El consumo en Argentina continuó su tendencia a la baja durante el mes de marzo, reflejando un descenso del 3,8% interanual, según el indicador de la Cámara Argentina de Comercio (CAC). Este marcado declive del consumo ha sido una constante en los últimos meses, con el indicador mostrando números en rojo en cuatro de los últimos cinco meses.
En comparación con febrero, el consumo experimentó un leve aumento del 0,8%, aunque el deterioro general es evidente. En lo que va del primer trimestre, el indicador de consumo acumula un decrecimiento del 3,1% interanual, subrayando una preocupante tendencia a la baja.
La CAC atribuye esta situación principalmente a las elevadas tasas de inflación, que han continuado impactando negativamente en el poder de compra de los argentinos. El uso del ahorro como método para paliar la situación económica parece estar llegando a su límite, según el análisis de la entidad.
A pesar de una ligera desaceleración en el ritmo de inflación mensual, que podría ser una señal positiva a corto plazo, se espera que la recuperación del poder adquisitivo y, por ende, del consumo, sea un proceso gradual y prolongado. La inflación mensual en marzo alcanzó el 11%, con un aumento interanual del 287,9%, lo que continúa erosionando el ingreso real de los hogares.
El impacto de los significativos incrementos en los precios de bienes regulados, como educación y tarifas de servicios públicos, ha sido especialmente notorio, contribuyendo a una disminución del ingreso real de los hogares y dificultando aún más la situación económica de las familias.
Los rubros más afectados por esta situación incluyen indumentaria y calzado, que experimentaron un decrecimiento del 11,2% interanual en marzo, así como recreación y cultura, que registraron una baja del 14,5% interanual en el mismo período.
En resumen, el panorama económico sigue siendo desafiante para los argentinos, con la inflación y el deterioro del poder adquisitivo continuando como principales preocupaciones. La implementación de políticas efectivas para estabilizar la economía y proteger el ingreso de las familias será fundamental para impulsar la recuperación del consumo en el futuro cercano.
