En la región pampeana la sequía continúa afectando a los cultivos, también amenaza al maíz, mientras que la siembra de soja se consolida en 17 millones de hectáreas estimaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario. Los agricultores esperan precipitaciones que podrían cambiar el rumbo de la temporada.
La sequía persistente en el norte y oeste de la región pampeana está teniendo impacto en la producción de trigo en Argentina. Las recientes lluvias no han sido suficientes para revertir la situación, y la proyección de la cosecha de trigo cayó a 15 millones de toneladas (Mt), la cifra más baja en ocho ciclos de cultivo.
Hace un mes, las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) apuntaban a una producción de alrededor de 15,6 Mt, pero las lluvias de septiembre solo beneficiaron al centro y este del país, mientras que el norte y oeste continúan enfrentando condiciones de sequía. Esta escasez de agua se suma a la falta de precipitaciones que afectó a estas regiones durante el verano y un otoño que solo favoreció a la franja este del país.
El resultado es una nueva disminución en la siembra de trigo, convirtiendo al ciclo 2023/24 en el de menor implantación de los últimos ocho años. Más del 30% del trigo sembrado, equivalente a más de 1,7 millones de hectáreas, se encuentra en condiciones regulares a malas. Con una superficie sembrada de 5,4 millones de hectáreas y una producción estimada de 15,0 Mt, Argentina produciría un 30% más de trigo que en el ciclo anterior, pero sigue siendo una de las cosechas más bajas de la última década.
La falta de lluvias llevó a que el trigo en algunas regiones, como Córdoba, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe y Buenos Aires, esté en condiciones regulares a malas. En Córdoba, se estima que 400,000 hectáreas de las 600,000 sembradas están afectadas. En Chaco, las lluvias recientes fueron dispersas y no fueron suficientes para salvar los cultivos. El estado del trigo en estas regiones se ha deteriorado significativamente.
La falta de lluvias llevó a que el trigo en algunas regiones, como Córdoba, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe y Buenos Aires, esté en condiciones regulares a malas. En Córdoba, se estima que 400,000 hectáreas de las 600,000 sembradas están afectadas. En Chaco, las lluvias recientes fueron dispersas y no fueron suficientes para salvar los cultivos. El estado del trigo en estas regiones se ha deteriorado significativamente
Aunque la situación es mejor que el año pasado en términos de precipitaciones, con más de 2,5 millones de hectáreas en estado regular a malo en Argentina, el déficit hídrico actual es una preocupación importante.
La esperanza ahora recae en las lluvias futuras, con “El Niño” pronosticado para aumentar las precipitaciones en octubre. Sin embargo, para el maíz, otro cultivo importante en Argentina, las lluvias en la primera mitad de octubre son cruciales. De lo contrario, los agricultores podrían verse obligados a cambiar a la siembra de soja para obtener ingresos más rápidamente.
La incertidumbre en torno a las lluvias, los costos crecientes de los insumos y los márgenes de beneficio en aumento para la soja están influenciando las decisiones de siembra de los agricultores. La producción de maíz se proyecta en 56 Mt si todo va bien, mientras que la intención de siembra de soja se mantiene en 17 millones de hectáreas.
A medida que la temporada de cultivo avanza, los agricultores están observando el cielo con la esperanza de que las lluvias lleguen a tiempo para salvar sus cosechas y evitar que las pérdidas se incrementen. La incertidumbre climática y económica sigue siendo un desafío constante para la agricultura en Argentina.