La voracidad de la inflación no da tregua, extendiendo sus garras a todos los sectores y manifestándose con nuevos aumentos en los precios de los alimentos que ocupan las góndolas. A la espera de los datos oficiales del INDEC sobre la inflación de noviembre, la variación de precios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya ha alcanzado un 11.9%, acumulando un impactante 146.4% en lo que va de 2023, preludiando lo que podría revelar el panorama nacional.
Un recorrido por el Mercado de San Nicolás ofrece una radiografía de los incrementos en apenas días: la carne, por ejemplo, experimentó un alza del 10% el lunes, y se anticipa otro aumento similar para el martes. El aumento generalizado de precios ha generado preocupación, y la carne no es la única en verse afectada.
“Lamentablemente ha subido bastante esta semana y se esperan nuevos aumentos. Pese a ello, los clientes siguen consumiendo lo mismo y tienen la esperanza de que todo mejore, pero antes de comprar preguntan los precios. Hay mucha gente que se inclinó a los cortes más baratos”, lamentó el carnicero del mercado.
El pollo, otro alimento básico, no ha escapado de esta espiral inflacionaria, enfrentando un incremento del 5 al 10%, según informó otro carnicero del mercado. Los quesos, por su parte, han experimentado un aumento promedio del 30%, llevando a que los consumidores adquieran estos productos en menor cantidad.
En el sector de almacén, aunque hasta ahora no se han notificado aumentos en productos como aceite, vinos y fiambres, la incertidumbre persiste en un contexto económico marcado por la inestabilidad.
Mientras tanto, en el plano político-económico, el flamante presidente Javier Milei ha presentado su plan económico, destacando que el ajuste recaerá sobre el Estado y no sobre el sector privado. Alerta sobre la posibilidad de una «hiperinflación», Milei subraya su compromiso de evitar tal catástrofe y enfatiza que no hay alternativa al ajuste, descartando la viabilidad de cualquier gradualismo.