El déficit fiscal, la emisión monetaria, las bajas reservas en el Banco Central y la inestabilidad previa a las elecciones impulsarán los costos. Las proyecciones anuales se mantienen por arriba del 100%.
La inflación bajó a 6% en junio y acumuló 50,7% en los primeros seis meses del año. El dato sorprendió por lo bajo, dado que los privados esperaban 7,3% y que el índice de la Ciudad de Buenos Aires habían marcado 7,1%.
El Gobierno aspiraba a mostrar una desaceleración de los precios en el último dato previo a las elecciones PASO en las que el ministro de Economía Sergio Massa es precandidato a presidente por el oficialismo. Sin embargo, las consultoras privadas ven un rebote para los próximos meses y las estimaciones anuales se mantienen cómodas por encima del 100%.
Según indicaron los economistas , en julio se volvieron a acelerar algunos precios. Además, el séptimo mes del año tiende a ser uno de los que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) suele mostrar una tendencia alcista.
“Es un mes de mayor estacionalidad, con el aumento de los precios ligados al turismo. También habrá incrementos en prepagas y más tarifas, con lo cual el mes ya arranca más complicado. Nuestro relevamiento está por arriba del 7%”, afirmó María Castiglioni, socia de C&T Asesores Económicos.
Por su parte, Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria, señaló: “En julio, si se sostiene esta presunta calma de alimentos y bebidas -aunque un 4% de aumento es mucho- puede dar un dato parecido al de junio. Pero la dinámica del dólar y las elecciones, entre otros factores, puede volver a acelerar la inflación hacia el final del segundo semestre”.
Algo más pesimistas se mostraron en Portfolio Personal Inversiones (PPI), donde pronosticaron que la inflación mensual “inevitablemente alcanzará los dos dígitos en algún momento entre agosto y diciembre”. Y añadieron: “La evolución del proceso electoral determinará qué tan temprano o tarde se llegará a este nivel de inflación”.