Segmentación de tarifas: Una idea que podría promoverse

Economía

Comunicado del Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos (CADIA)

En la Argentina de los últimos años lo sencillo se hace difícil. El Estado presente que todo quiere abarcar no alcanza para producir cambios, a veces, los intensifica y se convierte en parte del problema en vez de solucionarlo. De esta forma el Estado está ausente.

Ahora se propone la segmentación del pago por el consumo de electricidad y gas. Con formulario e inscripción para acceder al subsidio. Se divide a la sociedad entre quiénes tienen y no tienen para declarar. Intervención en el cobro de las empresas que suministran esos servicios, negando la libertad empresaria. La principal pregunta es ¿por qué tengo que informar datos que disponen los diferentes organismos? Según especialistas la segmentación no va a funcionar, es por principio voluntarista y contraria al estímulo de nuevas inversiones en el sector. La intervención de varios organismos complicará su administración. El precio de cualquier insumo o servicio es indicativo, una señal económica para su uso racional.

Se pretende que el 10% de los consumidores que abonarán más por sus consumos subsidien al 90% restante. Igualmente, significará más subsidio energético que pagará toda la sociedad. En el tarifario actual se cobra más a las industrias y comercios que a los consumidores domiciliarios. Esto también significa más gastos para la población a través de los productos que compran. ¡Un subsidio negativo y a contramarcha! Las causas no atacadas como el gasto público cuadruplicado en un año, emisión monetaria exacerbada con una duplicación estimada para el segundo semestre de esta año de aproximadamente 4-5 billones de pesos; la inflación con índices mensuales elevados cercanos a dos dígitos. Administración pública sin funciones, necesaria y abultada en su número y costo…

En la Fundación Andes, el Lic. Antonio Pagés mencionó una “nanoidea”.” Esto sería una segmentación por consumo muy clara, subsidiar el consumo mínimo de gas y luz de todos los consumidores, es decir, 200 m3 y 150 kW mensuales, respectivamente. Lo implementan las empresas, rápido, sin formularios, sin poner un satélite en órbita. Así, el consumo básico para toda la población queda garantizado a valores básicos, y el que quiere y puede gastar más paga el valor correspondiente. Desterrar de la población que hay cosas gratis podría ser un primer paso, pequeño, para el ordenamiento macroeconómico del país”. Esta idea también es utiliza-da por tarjetas de crédito (un descuento máximo semanal por determinado consumo de combustible) o limitando el beneficio a consumos semanales o montos prefijados como lo hacen otras instituciones.

Podría ser una buena iniciativa a promover en otras áreas, sin burocracia y arbitrariedades manifiestas, que son difíciles de sostener en el tiempo y de dudosa aplicación y resultados. ¡Argentinos a las cosas!

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