Con su frase célebre: «Mi locura tiene un método… los jóvenes artistas hombres son más fáciles de entrenar que las chicas», Pearlman justificaba en su libro Bands, Brands and Billions su decisión de producir grupos musicales integrados por varones.
Pearlman fue el artífice detrás de exitosas boy bands como Backstreet Boys, *NSYNC, Take 5, y Natural. Sin embargo, su carrera estaba teñida por oscuros intereses y delitos que fueron magistralmente capturados en «Dirty Pop», una de las docu-series más vistas recientemente.
Quién Era Lou Pearlman y Qué Imperio Musical Ayudó a Crear
Nacido el 19 de junio de 1954 en Queens, Nueva York, Louis J. Pearlman creció en un ambiente de sobreprotección como hijo único. Desde joven, mostró habilidad para vender, lo que lo llevó a destacarse en el marketing de grandes marcas mediante campañas aéreas con zepelines en los años 80 y 90, a través de su empresa Trans Continental.
Varios accidentes con estas aeronaves lo alejaron de ese negocio, llevándolo a un campo radicalmente diferente: la creación de un sello discográfico para boy bands.
Cómo es el Documental «Dirty Pop: La Estafa Detrás de las Boy Bands»
En «Dirty Pop», personas cercanas a Pearlman, desde miembros de Backstreet Boys hasta su presunta novia, relatan su experiencia con el productor. La serie, compuesta por tres episodios, incluye entrevistas y material de archivo que ofrece una visión histórica y judicial de Pearlman, quien enfrentó múltiples causas legales que lo llevaron a prisión.
Entre los artistas que dan su testimonio están AJ McLean y Howie Dorough de Backstreet Boys, Chris Kirkpatrick de *NSYNC, Erik-Michael Estrada de O-Town, y Patrick King de Natural. A pesar de reconocer el impulso que Pearlman les dio, todos coinciden en las estafas que sufrieron bajo su gestión.
El Destino de Lou Pearlman
A principios de los 2000, el imperio de Pearlman comenzó a desmoronarse. El suicidio de su mano derecha y una investigación del FBI desvelaron sus métodos poco convencionales para recaudar fondos, usando las boy bands y sus proyectos como fachada. Prometía a los inversores altos rendimientos que nunca se concretaban, lo que desató una serie de demandas y la caída de sus empresas.
En 2007, mientras se escondía en Bali, Pearlman fue arrestado por la Interpol y deportado a Estados Unidos. En 2008, fue condenado por lavado de dinero, tras robar 500 millones de dólares, de los cuales solo se recuperaron 10. Murió en prisión el 19 de agosto de 2016, a los 62 años, solo y con un funeral al que asistieron cinco personas. Las acusaciones de abuso sexual nunca fueron probadas en la justicia, aunque siempre hubo sospechas en su entorno.
«Dirty Pop» expone con claridad la magnitud de la estafa de Pearlman, dejando al descubierto la oscura realidad detrás del glamour de las boy bands.