En una Tierra postapocalíptica, un robot construido para proteger la vida del querido perro de su creador moribundo, aprende sobre la vida, el amor, la amistad y lo que significa ser humano. Con un equilibrio perfecto entre el drama y el humor, ‘Finch’ destaca lo mejor y lo peor de la humanidad.
Tom Hanks que no es ajeno a papeles de supervivencia unipersonales (Naufrago, de Robert Zemeckis), asombra al público con su profunda y exhibida interpretación. El actor recrea esta magia en Finch, de Miguel Sapochnik, ambientada en un mundo postapocalíptico en el que la supervivencia es un reto cotidiano, y que plantea cuestiones fundamentales sobre lo que realmente significa ser humano. Con un equilibrio perfecto entre el drama tenso y el humor encantador, Finch pone de relieve lo mejor y lo peor de la humanidad.
Una amistad entre robot y perro que vale la pena recordar.
El resultado es una mezcla de belleza y terror, y una plétora de momentos que rebosan riqueza emocional, con conversaciones entre Jeff (el androide) y Finch consiguen evocar sentimientos genuinos sin un ápice de pretensión.
Finch se lleva
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Escribió para Junín24
Matías Ezequiel «MurDock» Copes
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