Karina «La Princesita» preocupa a sus seguidores con un nuevo mensaje sobre su salud emocional

La cantante de música tropical compartió un conmovedor mensaje en sus redes sociales, donde se mostró vulnerable y reflexionó sobre sus dificultades emocionales. El post generó preocupación debido a sus antecedentes de problemas de salud mental.

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Karina «La Princesita» volvió a generar preocupación entre sus seguidores luego de compartir un mensaje dramático en sus redes sociales, donde expuso su estado emocional actual. La cantante, que ha sido abierta sobre sus luchas con la salud mental, publicó una selfie en la que se la ve llorando, acompañada de una reflexión: «A veces la cago, soy débil. No la tengo clara ni un poco, hago lo que puedo y me equivoco un montón», expresó la intérprete de «Maldito amor» y «Qué ironía» en su cuenta de Instagram.

Este mensaje encendió las alarmas entre sus fanáticos, quienes recordaron que Karina había revelado anteriormente que atravesó un cuadro depresivo. En una entrevista reciente con Mirtha Legrand, la cantante había hablado sobre sus batallas con la depresión y la ansiedad: «Tuve muchas crisis de angustia, sí, pero todavía no estoy recuperada del todo», había confesado en mayo pasado.

La artista señaló la importancia de detenerse y hablar sobre los problemas emocionales, como una forma de acompañar a quienes pasan por situaciones similares. «Me estoy ocupando. Voy a terapia con la psicóloga y, en algún momento, estuve también con psiquiatra y medicación», explicó Karina, subrayando el valor del tratamiento profesional para afrontar su trastorno ansioso depresivo.

¿Qué es el trastorno ansioso depresivo?

El trastorno ansioso depresivo es una condición en la que se combinan síntomas tanto de depresión como de ansiedad, sin que uno predomine claramente sobre el otro. Este tipo de afección requiere un tratamiento psicológico personalizado y constante, que aborde las distintas manifestaciones de la enfermedad.

Entre los síntomas más comunes para este diagnóstico se encuentran:

  • Dificultades para concentrarse o recordar, junto con problemas de sueño, fatiga y falta de energía.
  • Irritabilidad y una sensación de hipervigilancia o alerta constante.
  • Llanto fácil, baja autoestima, sentimientos de desesperanza y pesimismo, así como un persistente estado de ánimo disfórico, que se mantiene por al menos un mes.

Karina, al compartir su experiencia, no solo busca su propia sanación, sino también generar conciencia sobre la importancia de cuidar la salud mental.

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