La tristeza es un sentimiento que forma parte de la vida. Pero, cuando impregna de forma demasiado intensa o durante demasiado tiempo la vida cotidiana y el mundo interior, se convierte en depresión. Es entonces cuando un profundo agotamiento condiciona cada paso, desembocando en una falta de capacidad para disfrutar de las cosas, en sentimientos de inutilidad o culpa y en aislamiento social. Y no sólo afecta al individuo, el entorno más próximo de la persona con depresión padece también esta situación.
Es entonces cuando se debe buscar ayuda. El médico de Atención Primaria se convierte aquí en un aliado ya que es en este entorno donde se suele diagnosticar y donde se facilita orientación para abordar el problema de la mejor manera posible en cada caso. A grandes rasgos, el tratamiento de la depresión podría resumirse en tres puntos:
1. Adquisición de pautas saludables
2. Tratamiento farmacológico
3. Tratamiento psicológico
Es muy importante hacer una dieta completa, variada y equilibrada como base de nuestra salud. Puede resultar beneficioso aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina C y vitaminas del grupo B y asegurar el correcto aporte diario de calcio; es conocido el efecto positivo que estos nutrientes tienen sobre el estado de ánimo.
El ejercicio es uno de los hábitos que se debe incorporar a la rutina diaria. La práctica de alguna actividad física, siempre adecuada a las características individuales, durante al menos 30 minutos, es considerada actualmente por muchos profesionales como parte necesaria del tratamiento. Si este ejercicio puede realizarse al aire libre, mucho mejor.
Aparte de la alimentación y el ejercicio, actualmente se considera que la combinación de psicofármacos y psicoterapia es la mejor opción. Los antidepresivos van a posibilitar un alivio rápido de los síntomas, permitiendo que la persona esté más receptiva al tratamiento psicológico con el que fomentar la confianza en las capacidades y recursos que cada uno de nosotros tenemos. NO se debe interrumpir el tratamiento antidepresivo aunque se encuentre bien si no se lo indica su médico. La interrupción del tratamiento es la principal causa de las recaídas de la depresión.
Y, por encima de todo es importante adoptar un papel activo. Romper el aislamiento y fomentar las relaciones sociales. La implicación del entorno más cercano puede suponer una gran ayuda en el tratamiento.
Recuerde, con tratamiento y seguimiento adecuado el pronóstico de la depresión es bueno. De la depresión se puede salir.