Amenaza mortal de la enfermedad del ciervo ‘zombi’ mueve a las autoridades de EE.UU. a buscar una cura

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El republicano Ralph Abraham, quien representa al quinto distrito del estado Luisiana en el Congreso, ha presentado un proyecto de ley bipartidista que apunta a detener, y con suerte encontrar una cura, para la enfermedad debilitante crónica (CWD, por sus siglas en inglés), que hasta la fecha se ha reportado en dos provincias de Canadá y en 24 estados de EE.UU. en ciervos, alces y uapitíes silvestres.

Aunque Luisiana aún no se ha visto afectada por esta mortal afección neurológica —que se conoce también como enfermedad del ciervo ‘zombi’— Abraham no quiere arriesgarse a que se extienda a su estado natal.

Formalmente denominado como HR 837, el proyecto de ley exige que tanto el Departamento del Interior como el Departamento de Agricultura de EE.UU. «se asocien con las Academias Nacionales de Ciencias para estudiar e identificar las formas en que se transmite la CWD entre cérvidos silvestres, cautivos y de granja (ciervo, caribú y alces)».

«Estas agencias ya tienen a los científicos para esto, solo necesitan el financiamiento», indica el republicano, quien espera que el proyecto de ley se apruebe en los próximos dos o tres meses, lo que allanaría el camino para encontrar la cura de esta afección mortal.

¿Por qué la llaman ‘zombi’?

Los síntomas de esta enfermedad neurológica mortal incluyen babeo, tropiezo, falta de coordinación, agresión o apatía. Además, este trastorno provoca una fuerte pérdida de peso en los animales, que también pierden el miedo a los humanos y caminan en patrones repetitivos, por ello se conoce como la enfermedad del ciervo ‘zombi’.

Identificada por primera vez a finales de la década de 1960 en un ciervo en Colorado (EE.UU.), la enfermedad debilitante crónica ha estado propagándose lentamente a otros lugares, y para enero de 2019 ya ha sido registrada en 251 condados de 24 estados de EE.UU. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señala que también hay casos registrados en Canadá, Noruega, Finlandia y Corea del Sur.

A día de hoy, no hay vacunas ni tratamientos para la enfermedad y los científicos no están muy seguros de cómo se propaga, aunque algunos suponen que puede ser tanto «directa como indirecta», lo que significa que podría transmitirse por contacto animal a animal, pero también a través de heces y orina, saliva, agua potable contaminada o alimentos, entre otros posibles métodos.

Pese a que la enfermedad aún no ha sido reportada en humanos, algunos especialistas han expresado su preocupación de que este mal pueda afectarlos. Así, expertos de la Universidad de Minnesota sostienen que la CWD debería tratarse como un problema de salud pública. Michael Osterholm, especialista de dicha entidad, opinó que «es probable que en los próximos años se documenten casos de humanos con enfermedad debilitante crónica, asociados al consumo de carne contaminada». «Es posible que la cantidad de casos humanos sea sustancial y no se trate de eventos aislados», agregó.

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