El presidente brasileño Jair Bolsonaro despidió en las últimas horas al ministro de Salud de Brasil, Luiz Henrique Mandetta, quien había anunciado que iba a abandonar su cargo por las diferencias que mantenía con el mandatario del país vecino frente a la estrategia para combatir el avance del coronavirus.
«Ya basta«, había dicho Mandetta, un político del conservador partido Demócratas, ex médico del Ejército y traumatólogo, quien impulsaba medidas de aislamiento social aplicadas por los gobernadores, contra la opinión de Bolsonaro, de que el Covid19 es una «gripecita«.
En medio de cacerolazos en decenas de ciudades que pedían su renuncia, Bolsonaro anunció hoy en cadena nacional al oncólogo del sector privado y amigo personal Nelson Teich como nuevo ministro de Salud de Brasil.
«En forma gradual debemos abrir el empleo en Brasil. La gran masa de humildes no puede quedarse en casa. El gobierno no tiene cómo mantener este auxilio de emergencia por mucho tiempo», dijo Bolsonaro en cadena nacional en el Palacio del Planalto e insistió en su visión sobre cómo enfrentar al Covid19. Ademas, describió a la salida de Mandetta como un «divorcio consensuado».
«La economía debe volver a la situación más normal posible porque, además de la vida, nos preocupa el empleo», afirmó Bolsonaro.
El mandatario, asimismo, destacó que su gobierno «no es una fuente de socorro eterno» para los gobernadores e intendentes, quienes, como Mandetta, defendieron las medidas de distanciamiento social, recomandadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Nunca me consultaron sobre lo que iban a hacer pero el precio será alto. Si exageraron en sus medidas, no les pasen la factura al gobierno ni a nuestro sufrido pueblo», afirmó Bolsonaro.
El ex capitán dijo que «jamás» pecará «por omisión» y afirmó que Brasil «volaba en la economía en el último trimestre» de 2019, aunque el PBI del año pasado terminó con un crecimiento de apenas un 1,1%.
«Jamás mandaría a detener gente que esté en las calles, jamás bloquearé derechos fundamentales de los ciudadanos, quien tiene poder de decretar el estado de sitio es el presidente y no el gobernador o el intendente. El exceso agravará el problema», subrayó.
En medio de esta pulseada política, el Ministerio de Salud anunció hoy 188 nuevos muertos en un día y subió el número total de fallecidos a 1924, con 30.425 casos positivos en todo el país.
Los cacerolazos contra Bolsonaro se escucharon en San Pablo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasilia y Campo Grande, la ciudad capital del estado de Mato Grosso do Sul del ministro saliente Mandetta, convertido hoy en uno de los políticos más importantes del conservador partido Demócratas.