Investigadores del Instituto Tecnológico de California (Caltech) de Estados Unidos identificaron un circuito neural en el cerebro que maneja los desvelos, lo que «permitirá avanzar en el tratamiento del insomnio», informaron hoy fuentes científicas.
El informe, publicado en la revista «Neurona» y presentado hoy por los investigadores, destaca la importancia de ese centro de control en el cerebro para tratar también afecciones de somnolencia diurna y los desórdenes del sueño que acompañan otros problemas, como la depresión.
Viviana Gradinaru, investigadora principal del estudio, explicó que se examinó una región del cerebro conocida como «núcleo dorsal del rafe (DRN), que contiene las neuronas dopaminas del mismo nombre (DRNDA)», y señaló que «las personas que presentaban daños en esa parte del cerebro habían experimentado sueño diurno excesivo», consignó la agencia de noticias EFE.
«Pero no había -especificó- un claro entendimiento del papel exacto de esas neuronas en el ciclo del sueño y tampoco se sabía si era posible lograr reacciones con estímulos internos o externos».
El equipo investigó así las neuronas DRNDA en ratones, roedores que sirven de modelo para estudiar el cerebro humano, midiendo la actividad cuando los animales encontraban un estímulo sobresaliente como la cercanía de alimento o una sensación no placentera.
En esos eventos, las neuronas presentaban una alta actividad, contrario a lo que pasaba durante los ciclos de sueño.
«Medimos la actividad de las DRNDA a través de los ciclos de despierto/dormido y encontramos que las neuronas estaban menos activas cuando el animal dormía y aumentaban su actividad cuando se despertaba», dijo Ryan Cho, otro de los investigadores.
Los analistas utilizaron además una técnica para estimular las DRNDA con luz, y encontraron que estimularlas en los ciclos biológicos en que los animales deberían dormir hacía que se mantuvieran despiertos.
Por el contrario, cuando los ratones dormían y esas neuronas habían sido bloqueadas, los animales no reaccionaban ante estímulos externos como un fuerte ruido, por lo que mantenían el sueño.
«Estos experimentos no mostraron que las células DRNDA son necesarias para la plena vigilia frente a estímulos importantes en ratones», destacó Gradinaru.
El estudio reveló así la importancia de continuar con investigaciones que comparen la relación causa-efecto del estímulo de esas neuronas en los humanos y prueben la efectividad de una terapia para problemas como insomnio o somnolencia diurna, completaron.