Josep Borrell, alto representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea pronunció estas palabras en un debate sobre la seguridad de Europa en el Parlamento continental. El funcionario llamó a “cortar” la dependencia del combustible ruso. Unas afirmaciones que han tenido elevada polémica en medio de la crisis energética que sufre el continente y el alza de los precios en el gas natural y el petróleo.
“La primera cosa que tenemos que hacer es cortar el cordón umbilical que une a nuestra economía con la rusa», puntualizó Borrell en el hemiciclo continental.
El alto funcionario ratificó además que esa independencia se podía lograr “a nivel político macro”, pero también mencionó la idea de que los ciudadanos europeos “bajen la calefacción de sus casas”.
El jefe diplomático hizo un llamado para que “todo el mundo haga un esfuerzo individual en recortar el consumo de gas, igual que recortamos el consumo de agua cuando hay sequía e igual que cuando nos ponemos una máscara para combatir el virus”.
“Los europeos necesitan que el ruido de las bombas a las cinco de la madrugada de hace quince días al caer sobre Kiev, les despierte de su sueño de bienestar, les permita enfrentar los desafíos que no hemos buscado, pero que el mundo proyecta sobre nosotros y Ucrania es el primero”, subrayó en otro momento de su intervención.
Unas palabras que han desatado la polémica entre los ciudadanos de varios de los países de la Unión Europea debido al alza de los precios del combustible como consecuencia de la guerra en Ucrania y a la imposibilidad que muchas naciones tienen de «bajar la calefacción» cuando durante extensos periodos del invierno las temperaturas bajan de los 0 grados centígrados.
El grupo comunitario tiene serias dudas sobre como sustituir todo el gas y petróleo ruso ante la imposibilidad de generar energía de forma independiente para toda la Unión Europea. Opciones como Noruega o traer gas licuado de Estados Unidos o Qatar siguen sin cubrir la demanda o elevan en exceso los costes.
“UNA GASOLINERA Y UN CUARTEL”
Josep Borrell, trató la importancia de las sanciones contra el Kremlin para asfixiar el expansionismo de Moscú.
“Rusia es hoy, básicamente, una gasolinera y un cuartel”, dijo el diplomático. “Es un sitio donde venden hidrocarburos y con ello alimentan a unas fuerzas armadas dispuestas a intervenir donde haga falta: desde el Sahel al Cáucaso, con Siria y ahora en Ucrania».
La petición del aumento del gasto militar por parte de Europa estuvo también entre las líneas tratadas por Borrell. Según el titular de exteriores, en 1975 el continente destinaba un 4% del gasto militar y hoy en día un 1,5% de media.
Para Borrell, la disminución de ese presupuesto “en 50 años de paz, pudo estar justificada cuando los dividendos de la paz se empleaban en aumentar la seguridad social, es Estado del bienestar”, enfatizó.
«Hemos organizado Europa como un jardín a la francesa, ordenado, regulado, regido por leyes y normas, pero fuera, la jungla crece, y si no queremos que la jungla invada nuestro jardín, tenemos que invertir no solo en cuidarlo, sino en defenderlo», finalizó el representante.
Este miércoles nueve de marzo se supo además que el primer ministro italiano, Mario Draghi, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sostuvieron una conversación telefónica en la que se trataron las “consecuencias económicas” para Europa en el contexto de la invasión rusa a Ucrania.
La reunión se desarrolló en vísperas de la cumbre de los líderes europeos que se llevará a cabo en Versalles, Francia, para discutir sobre una nueva ruta de crecimiento e inversiones, en el marco de las sanciones económicas a Rusia.