(ANSA) – CARACAS.- Un total de 94,5% de la población de Venezuela está en situación de pobreza, mientras que el 76,6% está en la pobreza extrema en medio de la emergencia humanitaria agravada por la crisis de movilidad, y la pandemia del Covid-19, reveló hoy la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la población venezolana (Encovi) 2021.
El estudio realizado por la Universidad Católica Andrés Bello y difundido este miércoles precisó que a pesar de que en 2019-2020 «hubo una reducción de la pobreza, producto del cambio de política social, la crisis de movilidad relacionada con la escasez de gasolina y el otorgamiento de los diferentes bonos ha hecho que la pobreza extrema tenga un repunte».
«Llegamos ya a lo que podría ser el techo de la pobreza total. Más del 94% no va a crecer la pobreza, ese es su máximo posible, pero tenemos un 5% de la población que tiene como indexar cuando hay inflación o mantener su nivel de ingreso a pesar de la recesión», afirmó el sociólogo Luis Pedro España, encargado al presentar a los periodistas el informe junto a Anitza Freitez, coordinadora del proyecto Encovi.
Indicó que la pobreza multidimensional llegó a 65,2%, y «empeoró en vivienda educación y servicios».
«En el caso de las viviendas se precarizó el tipo de tenencia y eso es un coletazo de la migración. Creció el número de personas que están en viviendas prestadas que tienen funciones de cuidadores, en términos social, eso es precario porque cuando el dueño regrese al país tienen que salir de esa casa», dijo.
Igualmente, sostuvo en cuanto a los servicios, el de agua y el de recolección sanitaria «empeoró más que en el 2020-2019 y eso tiene que ver con la crisis eléctrica».
El experto destacó que Venezuela «es el país más pobre de Latinoamérica, con un techo de pobreza de 33% y de pobreza extrema de 9%».
«Hay un punto en el cual el crecimiento económico deja de reducir pobreza en Venezuela por lo que se necesitan políticas sociales que lo hagan», enfatizó.
En este sentido destacó que «salir de la pobreza depende de las oportunidades y de su acceso a ellas», pero paradójicamente en el país «hay mucha gente capacitada que no tiene dónde trabajar».
«Hay 7,6 millones de personas ocupadas laboralmente, pero actualmente existen 8,1 millones de personas que, si tuvieran oportunidades laborales, trabajarían. El problema no son los venezolanos, el problema son las instituciones», aseveró.
Además, refirió que «la gente está dejando de trabajar porque el costo de oportunidad que representa, sobre todo para las mujeres y los jóvenes mayores, comienza a ser más costoso ir a trabajar que la remuneración que reciben».
«La remuneración por hora trabajada entre no pobres y pobres extremos es de 3,38 $ vs. 0,63 $ (2,75 $ de brecha). Esta diferencia es mayor entre las mujeres (brecha de 3,14 $) que entre hombres (2,54 $). Es significativo que la remuneración promedio por hora de las mujeres no pobres es mayor que la de los hombres en 0,45 $ la hora», puntualizó.
A su vez Freitez, manifestó que «las condiciones de vida de la población son producto de situaciones relacionadas con la pérdida de la institucionalidad, cambios económicos y demográficos».
«Tenemos un país más empobrecido, más pequeño en términos demográficos; con severos problemas de pobreza, desigualdad, educación y empleo», afirmó.
Además, destacó que el tamaño de la población se redujo a 28,7 millones, por lo que el crecimiento demográfico en el último quinquenio fue negativo en -1,1%.
«Somos menos porque poco más de 4 millones de personas dejaron el país en el período 2015-2020 y porque hay 340 mil nacimientos que no se produjeron, debido a que migraron las potenciales madres», sostuvo.
Advirtió que los pronósticos previos a la crisis daban una esperanza de vida de más de 83 años para el 2050, ahora se calcula 76,6.
La muestra ENCOVI nació en 2014 para llenar el vacío sobre los indicadores de pobreza e ingresos, entre otros, que de manera oficial no se publican desde 2013 en esta nación sudamericana. (ANSA).