La isla está “sitiada” por el régimen desde el domingo, que redobla esfuerzos para evitar a toda costa las multitudinarias manifestaciones convocadas para este lunes
Varios disidentes cubanos fueron arrestados el lunes poco antes del llamado a una manifestación convocada por la oposición pese a la prohibición de la dictadura cuaba, que asegura que reina la paz en las calles.
En un video se ve cómo agentes de seguridad detienen a unos opositores, quienes protestaban en la ciudad de Holguín. Una van llega a lo que parece ser una zona residencial e ingresa de manera violenta a unos manifestantes en el vehículo.
Un grupo de vecinos, que presencia el hecho, grita “abajo la dictadura” mientras observan cómo detienen a las personas.
El líder opositor José Daniel Ferrer compartió el video en su cuenta de Twitter y confirmó que los detenidos son los hermanos Miranda Leyva y la señora María Casado Ureña, de 74 años.
Las detenciones ocurrieron en otras ciudades del país. En La Habana, Manuel Cuesta Morua, de 58 años, vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática, “fue detenido por la Seguridad del Estado hoy a eso de la una de la tarde (18H00 GMT) saliendo de la casa”, dijo a la agencia AFP su esposa, Nairobi Scheri.
Detenido brevemente en septiembre, Cuesta Morua dijo entonces tras ser liberado que fue amenazado por llamar a la manifestación para este lunes.
La líder del movimiento disidente Damas de Blanco, Berta Soler, y su marido, el ex preso político Ángel Moya, también fueron detenidos, según anunció en Twitter la disidente Martha Beatriz Roque.
Muchos opositores, promotores de la manifestación y periodistas independientes denunciaron en los últimos días en redes sociales que fueron bloqueados en sus casas por la dictadura cubana.
Varios de ellos dijeron que fueron víctimas de actos de repudio, manifestaciones de simpatizantes de la dictadura usadas desde hace años para increpar a los disidentes. También denunciaron que les cortaron el internet.
A lo largo del emblemático malecón costero de esta capital se apostaron casi en cada esquina grupos de tres oficiales, especialmente en el tramo del centro de la ciudad, mientras agentes de la seguridad vestidos de civil también se desplegaron en plazas y parques, constató la AFP.
Esta protesta ocurre cuatro meses después de las históricas y espontaneas manifestaciones del 11 de julio, que dejaron un muerto, decenas de heridos y 1.270 personas detenidas, de las cuales 658 siguen en prisión, según la ONG de defensa de derechos humanos Cubalex.
Los manifestantes llamaron a vestir de blanco y en caso de no poder salir a protestar colgar sábanas blancas en los balcones.
La dictadura acusó a la oposición de sabotear sus esfuerzos para celebrar el retorno a la normalidad tras meses de cierre en el país y las escuelas debido al pandemia del coronavirus.
“Así amanece Cuba el 15 de noviembre, con más de 700.000 pioneros [alumnos] en las aulas, recibiendo amigos, familiares y turistas, reactivando el quehacer productivo, disminuyendo los casos de COVID”, dijo el dictador Miguel Díaz-Canel en Twitter.
Díaz-Canel denunció el domingo la supuesta intención de “subvertir el orden interno” y “campañas mediáticas contra Cuba”, prometiendo que “Cuba va a vivir en paz”. El lunes varios funcionarios postearon en redes sociales fotos de las calles de la isla asegurando que reina la calma.
“Cuba continuará siendo un destino de turismo de paz”, afirmó el primer ministro, Manuel Marrero, durante una ceremonia por la reapertura al turismo internacional.
La isla vive su peor crisis económica en casi 30 años, con una grave escasez de alimentos y medicinas, así como un creciente descontento social y la confrontación está en su más alto nivel entre defensores y críticos de la dictadura.
Las autoridades acusan a los organizadores de la protesta de ser agentes entrenados y financiados por Estados Unidos para provocar un cambio de régimen. Por ese motivo prohibieron la manifestación y los amenazaron con sanciones penales.
Una advertencia disuasoria, luego de que sentencias de hasta 30 años de cárcel han sido solicitadas para algunos de los manifestantes presos por el 11 de julio, según medios de comunicación independientes cubanos.