Durante la liturgia de medianoche, el Papa Francisco hizo hincapié en Belén, destacando que allí «el Príncipe de la Paz continúa siendo rechazado por la lógica derrotista de la guerra».
El Papa presidió la liturgia de la Nochebuena, compartiendo un mensaje centrado en la búsqueda de la paz en la región de Medio Oriente.
En la noche del 24 de diciembre, el Papa Francisco encabezó la «Misa del Gallo» en la Basílica de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano. Durante esta tradicional celebración de Nochebuena, el Papa transmitió un mensaje especial, especialmente dirigido al conflicto entre Israel y Hamás. Este pronunciamiento cobró relevancia en un momento en que la ciudad de Cisjordania, considerada el lugar de nacimiento de Jesús según la tradición cristiana, vivía una Nochebuena marcada por las sombras de la guerra.
En su décima Navidad al frente de la Iglesia Católica, el Papa Francisco destacó con énfasis: «En esta noche, nuestros pensamientos se dirigen a Belén, donde el Príncipe de la Paz continúa siendo rechazado por la lógica derrotista de la guerra. El estruendo de las armas le impide, incluso hoy, encontrar un refugio en nuestro mundo».
Durante la celebración de la liturgia de la medianoche, el Papa Francisco hizo hincapié en el misterio de la encarnación y solicitó la luz de nuestro Señor Jesucristo para el mundo.
En el transcurso de la homilía, el Papa dedicó su discurso al momento del nacimiento de Jesús, cuando se llevaba a cabo un censo en toda la tierra. Para Francisco, este censo revela la trama demasiado humana que atraviesa la historia: un mundo que busca poder y fuerza, fama y gloria, donde todo se evalúa en términos de éxitos, resultados, cifras y números.
En la víspera de la Navidad, el Papa Francisco hizo un llamado a «no confundir la fiesta con el consumismo» y a permanecer cercanos a aquellos que sufren a causa de la guerra, la miseria, el hambre y la esclavitud. Después de rezar el Ángelus en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Sumo Pontífice destacó la importancia de celebrar las festividades navideñas reconociendo tanto la alegría de reunirse con familiares y amigos como la realidad de aquellos que pasarán las festividades solos.
En este contexto, el Papa Francisco instó a prestar atención al prójimo de manera delicada y discreta, adoptando una postura de escucha, acompañamiento y visita. Hizo hincapié en la importancia de ser para los demás una especie de «sombra del Altísimo».