El expublicista goza de gran popularidad gracias a su enfoque de «mano dura» contra las pandillas, aunque la oposición lo critica constantemente por sus prácticas consideradas antidemocráticas
El Salvador: Nayib Bukele aspira a un segundo mandato en medio de críticas por presunto autoritarismo
Cinco millones de ciudadanos están habilitados para ejercer su voto este domingo en las elecciones presidenciales de El Salvador, donde el actual presidente, Nayib Bukele, busca un nuevo mandato. A pesar de su enorme popularidad debido a su enfoque de «mano dura» contra las pandillas, Bukele enfrenta críticas por su presunto autoritarismo.
Bukele, de 42 años, ascendió al poder en 2019, destacando por su perfil atractivo para aquellos cansados de la «política tradicional». Inicialmente miembro del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), de orientación izquierdista, Bukele rompió con este partido y se unió a la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), de centroderecha, para finalmente fundar su propio movimiento, Nuevas Ideas.
Su campaña se centró en medidas enérgicas contra las pandillas, que habían convertido a El Salvador en uno de los países más violentos. Aunque logró reducir significativamente las tasas de homicidios, su gestión estuvo marcada por denuncias de abusos, incluyendo arrestos arbitrarios, torturas y muertes de presos.
Bukele también generó atención internacional al adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, con el objetivo de formalizar la economía y reducir los costos de las remesas. Sin embargo, una encuesta reveló que la mayoría de los salvadoreños no utilizó la criptomoneda.
En el ámbito de la libertad de prensa, se ha reportado un aumento de agresiones contra periodistas y medios de comunicación, siendo el Estado señalado como el principal agresor, según la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES).
A pesar de las críticas y acusaciones de autoritarismo, Bukele se dirige hacia una abrumadora victoria en las elecciones, según la última encuesta. En caso de confirmarse, reforzaría su control en la Asamblea Legislativa, eliminando posibles contrapesos institucionales.
Analistas y defensores de derechos humanos expresan preocupaciones sobre el futuro político de El Salvador, sugiriendo que la reelección de Bukele podría conducir a un gobierno autoritario sin límites en cuanto a pesos y contrapesos institucionales, consolidando su poder de manera significativa.
Se señala que la popularidad de Bukele no garantiza la preservación de la democracia, y se destaca el informe de 2023 del Instituto de Investigación V-Dem, que clasifica a El Salvador como una autocracia electoral, donde el acceso al poder se logra democráticamente pero se ejerce de manera autocrática.
A pesar de las promesas de seguridad y la aparente disminución de la violencia, críticos argumentan que las condiciones que generaron la formación de pandillas en El Salvador persisten, con la desigualdad y la pobreza en aumento. El país enfrenta desafíos económicos, con un elevado índice de pobreza y migración continua hacia Estados Unidos en busca de oportunidades laborales.