Junio marcó el promedio mensual más alto de este fenómeno en 21 años. Más cantidad de manchas implican más erupciones grandes. Qué significa esto para la Tierra y las comunicaciones satelitales
Cada 11 años, nuestro Sol llega a un máximo de actividad, en el cual se registran grandes eyecciones de masa al espacio y mayor cantidad de manchas solares. Es que nuestro Sol es una enorme bola de gas caliente cargada eléctricamente que se mueve generando un potente campo magnético. Ese campo magnético pasa por un ciclo, denominado el ciclo solar.
Durante el mismo, el campo magnético del Sol se modifica completamente haciendo que los polos norte y sur del Sol cambien de lugar. Luego, demoran unos 11 años en volver de nuevo a la posición inicial.
El ciclo solar afecta la actividad de la superficie del Sol, como por ejemplo en la aparición de manchas solares causadas por los campos magnéticos. A medida que los campos magnéticos cambian, también lo hace la cantidad de actividad en la superficie de nuestro astro.
Actualmente, estamos atravesando el ciclo solar 25, que es el vigésimo quinto ciclo solar desde 1755, cuando comenzó el registro sistemático de la actividad de manchas solares.
El actual ciclo comenzó oficialmente en diciembre de 2019, con un número mínimo de manchas solares y se espera que finalice en el año 2030. Y aunque todavía falte para llegar al máximo de actividad solar (se espera que sea dentro de más de un año), los expertos advierten que el Sol ya está registrando récords de manchas solares, lo que significa posibles problemas para nosotros en la Tierra.
La evidencia concreta, que hasta se puede ver a simple vista, sugiere que nuestra estrella natal se acerca rápidamente a la actividad solar máxima, y será mucho más intensa de lo esperado inicialmente. Durante el mes de junio, el Sol produjo más de 160 manchas solares, el número mensual más alto en más de dos décadas.
“Desde hace 20 años que no se registraban tantas marchas solares, significa que hay una gran actividad solar. La misma podría relacionarse con que nos estamos acercando al máximo periodo de actividad solar. Lo que pasa es que esos periodos de 11 años no son estrictamente exactos. No es que cada 11 años de manera exacta vamos a tener mucha actividad. Puede ser un año más, un año menos, o sea, es relativa esa estadística”, explicó el doctor en Astronomía, Diego Bagú.
“Lo que se está observando ahora sí, es una gran actividad. Las manchas solares se producen por fenómenos en la magnetósfera del Sol, en el campo electromagnético. Las manchas solares son zonas en las cuales la fotosfera del Sol o “la superficie del Sol”, están un poquito más frías. Se considera que la superficie del Sol más o menos son 6.000 grados, centígrados, y en las manchas solares hay un promedio de unos 4.000 grados, más o menos 2.000 grados menos. Esa diferencia de temperatura hace, entre otras cosas, que se aprecie una zona más oscura respecto de sus alrededores”, agregó el también divulgador científico y precisó que “es probable que a medida que nos acerquemos a ese máximo, que es dentro de un año y medio más o menos, esa actividad aumente, pero no lo sabemos. Quizás el máximo se ha adelantado y a partir de ahora comencemos a ver una disminución”.
Además de ya contabilizar el récord de manchas solares, en mayo último surgió la noticia de la aparición de la mancha solar AR3310, una gigantesca área oscura en el Sol observada en el borde del disco solar visible.
Su tamaño era cuatro veces mayor que el de la Tierra, lo que la convierte en un espectáculo impresionante que se podía observar sin necesidad de un telescopio, aunque, por supuesto, siempre que se mire a nuestro astro, se requiere el uso de equipo de protección, como anteojos de observación solar.
“Las manchas solares son uno de los principales indicadores de lo que se llama actividad solar. Son regiones de menor temperatura en la superficie del Sol. La superficie del Sol se llama la fotósfera. Se las ve de un color gris negro, justamente porque son regiones de menor temperatura. Las manchas solares se generan por intensos campos magnéticos localizados que inhiben el flujo convectivo de gases, que son gases calientes que suben del interior del Sol, llegan a la superficie, se enfrían y bajan. Ese mecanismo se atora ante la presencia de magnetismo muy intenso, lo que produce las manchas”, explicó el licenciado Mariano Ribas, encargado de Divulgación Científica del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, Galileo Galilei.
En algunos casos, cuando son muy grandes, se pueden ver a simple vista. Ya hemos tenido este año dos casos como ese, uno en enero y otro recientemente en junio con la mancha solar AR3354.
“Considerada una súper mancha y ser la sensación astronómica del momento, este oscuro e impresionante ‘archipiélago’ solar mide 130.000 km de diámetro, es decir unas diez veces el tamaño de la Tierra. La AR3354 no solo es la mancha solar más grande en lo que va de 2023, sino que ya se anota entre las más notables de los últimos 10 años”, explicó Ribas cuando hace una semana tomó impresionantes fotografías del Sol con su telescopio tipo Maksutov de 102 mm de diámetro, filtro solar, y cámara Canon T7i.
“Y esto que estamos viendo muchas manchas solares y muy grandes. Esto en principio no representa una amenaza para nada, para la humanidad ni para la vida en la Tierra, pero en casos extremos de manchas solares, algún tipo de explosiones o eyecciones de masa coronaria, sí afecta lo que es el campo magnético de la Tierra la cantidad de auroras que se pueden ver. Eventualmente puede afectar también todo lo que es telecomunicaciones y satélites, incluso comunicaciones radiales”, completó Ribas.
En relación a esto, Bagú indicó: “Las manchas solares están relacionadas con algunas eyecciones, pero en parte, no podemos decir que hay una relación directa. No es que si hay una mancha va a haber una eyección de masa coronal, como muchas veces se la denomina. Las eyecciones de masas coronales son básicamente una enorme ráfaga de partículas eléctricamente cargadas que se desparraman por todo el sistema solar y que tienen una altísima energía”.
”Ahí hay que tener cuidado cuando llegan a la Tierra si son muy intensas. Se dividen en distintos grados de acuerdo a la intensidad. Los astronautas, por ejemplo, en la Estación Espacial Internacional tienen que tener mucho cuidado con eso porque no tienen el paraguas protector que es la atmósfera terrestre. Desde ya que acá en nuestro planeta, cumple un rol fundamental el campo magnético terrestre. Si no tuviésemos el campo magnético terrestre, bueno, directamente no habría vida”, completó el astrónomo.
¿Qué riesgo implica esta actividad solar para la Tierra?
El Sol no tiene una superficie sólida como la Tierra ya que es una esfera de gas. Es en la fotosfera, una capa muy delgada y superficial del Sol, donde se observan las manchas solares como regiones oscuras. Una mancha solar tiene una zona interna más oscura, llamada umbra, rodeada de una zona con aspecto filamentoso y gris, llamada penumbra.
Y su duración puede variar desde un día hasta varios meses. Cuantas más manchas solares haya, más actividad solar existe, con mayor probabilidad de formación de erupciones solares.
Las erupciones gigantes en el Sol, como las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal, también aumentan durante el ciclo solar. Estas erupciones envían poderosos golpes de energía y material al espacio.
Esta actividad puede tener efectos en la Tierra. Por ejemplo, las erupciones pueden causar luces en el cielo, llamadas auroras, o dificultar las comunicaciones por radio. Las erupciones extremas pueden incluso afectar las redes eléctricas terrestres.
“Las eyecciones de masa coronal, al ser una ráfaga de partículas eléctricamente cargadas, afectan considerablemente a los satélites artificiales y, por ende, las comunicaciones. Así que sí, hay que tener cuidado con esas eyecciones. La cosa es que uno no sabe que existen hasta que aparecen. No podemos predecirlas de manera muy precisa”, afirmó Bagú.