Su mamá, Leia Pierce, contó que un día de las vacaciones de verano iban en el auto cuando el pequeño le dijo que era gay. Ella le contestó que «siempre lo iba a amar». Le avisó además que quería comenzar a vestirse «más como una mujer».
Al poco tiempo, decidió contárselo también a sus compañeros de cuarto grado del Joe Shoemaker Elementary School en Denver y fue víctima de un cruel y despiadado bullying que tuvo el peor final. «Fue a la escuela y dijo que le contaría a la gente que era gay, porque él estaba orgulloso de sí», contó su madre a la cadena de noticias Fox Denver.