El gobierno de Giorgia Meloni modificó las reglas de acceso a la nacionalidad italiana, limitando el trámite a quienes tengan padre o abuelo nacido en Italia. Cómo afecta a los descendientes argentinos y qué cambios se implementarán.
Italia endurece los requisitos para la ciudadanía italiana: qué cambia para los argentinos
El acceso a la ciudadanía italiana será más restrictivo para los descendientes de inmigrantes, tras una reforma impulsada por el gobierno de Giorgia Meloni. A partir de ahora, solo podrán solicitar el pasaporte quienes tengan padre o abuelo nacido en Italia, dejando fuera a las generaciones más lejanas.
Hasta esta modificación, la ley de 1992 permitía la nacionalidad por derecho de sangre (ius sanguinis) a todos los descendientes, incluso de tercera y cuarta generación. La medida fue anunciada por el vicepremier y canciller Antonio Tajani, quien aseguró: “A partir de la medianoche ya no se podrá pedir la ciudadanía con las viejas reglas, sino solo si se tienen hasta abuelos italianos”.
¿Cómo afecta a los argentinos?
Argentina alberga la mayor comunidad de descendientes de italianos fuera de Italia. En los últimos años, el número de solicitudes creció exponencialmente: en 2023, 20.000 argentinos obtuvieron la ciudadanía por ius sanguinis, mientras que en 2024 la cifra ascendió a 30.000.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, explicaron que el objetivo de la reforma es evitar abusos y la comercialización de pasaportes. “La nacionalidad debe ser una cosa seria”, afirmó Tajani, subrayando que esta medida busca reforzar los vínculos reales con Italia.
Cambios en el proceso de ciudadanía
Además de limitar el acceso a hijos y nietos de italianos, la nueva normativa introduce modificaciones en el trámite:
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Se exigirá que los ciudadanos nacidos y residentes en el exterior mantengan un vínculo real con Italia, ejerciendo derechos y deberes al menos una vez cada 25 años.
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Se centralizarán los trámites en una oficina especial en Italia, eliminando la necesidad de acudir a los consulados.
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Los consulados se enfocarán en los servicios para quienes ya tienen la nacionalidad, agilizando la atención a ciudadanos italianos en el extranjero.
Con estas medidas, Italia busca ordenar y reducir la demanda de ciudadanía, al tiempo que optimiza los recursos consulares para quienes mantienen una relación activa con el país.