La tecnología domina la escena mundial. En cualquier área con cierta dinámica social, ancló, cosechó y próspero. Los autos, como tercer espacio físico donde las personas invierten su tiempo, absorbieron, asimilaron y explotaron los beneficios y ventajas de la inteligencia artificial al servicio de la industria. Del matrimonio automóviles y tecnología, se concibió el concepto de movilidad inteligente, una demanda de la sociedad moderna. En el CES de Las Vegas, la feria tecnológica más trascendente del mundo, habrá vehículos autónomos: muchos.
Autos sin conductores, evolución en la conducción autónoma, propulsión sustentable, revolución en movilidad urbana, innovaciones estilísticas en automoción, la industria automotriz monopolizará con diferentes modelos y marcas un congreso de tecnología. Cada enero, del 5 al 8 en Las Vegas, la industria tecnológica estrena el año con la celebración de la Consumer Electronics Show –CES-, un compendio de drones, dispositivos, smartphones, robots, realidad aumentada, casas conectadas y, por supuesto, autos. Un escaparate para promocionar ideas, avances y revelaciones que las marcas están desarrollando. Rescatar del futuro algo de lo que los cráneos de la humanidad tienen pensado crear.
Un paso más en la carrera por los vehículos autónomos. Para cautivar a los normales y convencer a los escépticos, las principales automotrices expondrán la evolución de una declarada tendencia del sector: asignación de inteligencia y autonomía a servicios de transporte. Ford, BMW, Audi, Hyundai, Chrysler, Honda, Toyota y Kia reservaron posiciones de privilegio en la muestra.
Faraday Future, un fabricante de autos futuristas de capitales chinos y anclada en California, aspira perturbar a la industria con la presentación de un modelo pretencioso y rupturista: un crossover autónomo de motorización eléctrica, anunciado como el más rápido del mercado. Será su primer vehículo de producción estándar, un compromiso asumido más real y creíble que el monoplaza FFZero1 presentado en el CES de 2016, acusado de ser una mera maniobra publicitaria.
Los concepts cars gobernarán el salón: prototipos en desarrollo que anuncian la capacidad de producción tecnológica de las marcas más audaces e innovadoras. Autos que deberían encaminarse a la fabricación en serie pero que en la transición del proyecto al hecho pierde su sentido y filosofía. El vehículo conceptual NeuV de Honda, el auto que tendrá sentimientos y emociones, verá la luz en Las Vegas. Oasis será el prototipo que exhiba la firma suiza Rinspeed, popular por desafiar los límites de la tecnología al servicio de la movilidad.
BMW exhibirá lo que bautizó como HoloActive Touch, el touchscreen del futuro. Consiste en un sistema que carece de pantallas, que controla los comandos a través de una combinación de gestos y despliegue de avisos. El CES de Las Vegas tendrá una elevada oferta en innovaciones relativas a los autos. Desde tecnologías aplicadas a la interfaz de los vehículos hasta los mismísimos autos o, a estos niveles, máquinas tecnológicas que además ruedan y transportan personas.