Un sacerdote español fue expulsado de su parroquia tras someter a votación popular su estancia en la comunidad cántabra de Renedo de Iguña.
El Ayuntamiento de la localidad, informó que el párroco habría creado malestar en el pueblo luego de que en el último año, 18 niños nacieran pelirrojos, siendo el sacerdote el único con este color de cabello en todo el pueblo.
Esta situación levantó las sospechas de los vecinos que pusieron quejas ante el alcalde, quien se vio obligado a tomar medidas en el asunto.
“Vivimos en una localidad pequeña, la verdad es que no es normal que de los 22 niños nacidos en el último año 18 sean pelirrojos” declara uno de los vecinos de la localidad tras salir de la votación.
El párroco, que abandonará el pueblo tras 3 años en él, será destinado a otra parroquia aunque todavía desconoce su destino.