El papa Francisco celebró la VI Jornada Mundial de los Pobres en la basílica San Pedro, donde ofreció un almuerzo a 1500 pobres y pidió por los inmigrantes y la guerra en Ucrania.
La basílica de San Pedro estaba repleta de obispos, sacerdotes y fieles con motivo de la VI Jornada Mundial de los Pobres, donde el papa Francisco manifestó que no nos dejaramos «seducir por los cantos de sirena del populismo», pidió que evitaramos a los «falsos mesías que proclaman recetas útiles solo para aumentar la riqueza de unos pocos» y llamó a que escucháramos «el grito de dolor de los más débiles».
Esta Jornada se llevó a cabo por una iniciativa que tuvo Francisco de instar a la Iglesia a salir fuera de los muros y encontrar la pobreza en sus múltiples significados en que se manifiesta en el mundo actual. De esta manera, Bergoglio abrió las puertas del Vaticano para acoger a los más necesitados y vulnerables.
El Pontífice luego de la misa, que realizó sentado por sus dolores de rodilla, ofreció un almuerzo en el Vaticano a 1.500 familias pobres, a algunas personas sin techo, a varios inmigrantes, discapacitados y necesitados.
Como parte de esta Jornada se instalaron “clínicas móviles” en la plaza San Pedro que gratuitamente realizaron exámenes médicos, electrocardiogramas, análisis de sangre y orina, vacunas contra la gripe, test de Covid y detección del VIH, la hepatitis y la tuberculosis.
Además se han repartido en toda Roma alimentos para 5.000 familias con dificultades, a las que se ha ayudado también a pagar las facturas de gas y electricidad.
El papa también deseó que la COP27 tome medidas «con coraje y determinación» contra el cambio climático
Francisco deseó hoy que la cumbre sobre clima COP27 que se desarrolla en Egipto tomara medidas «con coraje y determinación» contra el cambio climático y el calentamiento global.
«Deseo que se den pasos adelante con coraje y determinación en el camino trazado por el Acuerdo de París», agregó el pontífice al recitar el Ángelus en el Vaticano y en alusión al pacto firmado en la cumbre COP21 celebrada en la capital francesa hace siete años.
Esta semana, el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, pidió en la COP27 que el encuentro tuviera como resultado «opciones concretas y con visión de futuro, tomadas pensando en las generaciones más jóvenes, antes de que sea demasiado tarde y se comprometa su futuro», al hablar en nombre de la Santa Sede.