Todos los equipos de búsqueda y rescate desplegados para recibir a los tripulantes fueron sometidos a pruebas de Covid-19
El cosmonauta ruso Oleg Skripochka y los astronautas estadounidenses Jessica Meir y Andrew Morgan acaban de regresar a la Tierra tras pasar los últimos seis meses en el Estación Espacial Internacional. Cuando aterrizaron en Kazajistán a bordo de la nave espacial Soyuz, descubrieron un mundo «surreal» por la pandemia.
«Es como si volviéramos a un planeta totalmente distinto», dijo Meir, que fue protagonista de la primera caminata espacial 100% femenina.
Los procedimientos para el regreso de los astronautas fueron más largos, por las restricciones a los viajes y los protocolos de seguridad. Todos los equipos de búsqueda y rescate desplegados para recibir a los tripulantes fueron previamente sometidos a pruebas de coronavirus, según la agencia Interfax.
El primero en abandonar la cápsula, tal como lo establece el protocolo, fue Skripochka, en su condición de comandante.
El equipo médico, provisto de guantes y mascarillas, le practicó un primer reconocimiento en su butaca, mientras que se les pidió a los demás integrantes del equipo de rescate que mantuvieran la distancia social necesaria por las medidas de precaución sanitarias.
Luego, los tres volaron en forma separada en helicóptero hasta Baikonur, donde luego se dividieron. Meir y Morgan tuvieron un viaje de tres horas desde Baikonur para tomar el jet de la NASA que los esperaba en el sitio de aterrizaje más cercano para llevarlos a Houston.
Para Oleg Skripochka, el viaje fue un poco más breve, ya que tomó un avión ruso en el cosmódromo para volver a su casa cerca de Moscú.
Una vez en Houston, Meir y Morgan pasarán su primera semana en cuarentena rígida en el Johnson Space Center de la NASA, ya que su sistema inmune podría haberse debilitado por la permanencia en el espacio.