Además de las víctimas fatales en Cochabamba, hay dos personas en estado de muerte cerebral, decenas de heridos y más de un 100 de detenidos
El enfrentamiento entre la Policía y el Ejército bolivianos con manifestantes contra el Gobierno de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, este viernes en la ciudad de Sacaba, en el departamento de Cochabamba, ha dejado al menos seis cocaleros muertos por heridas de bala, además de dos en estado de muerte cerebral, decenas de heridos y más de un 100 de detenidos.
Así lo ha confirmado el Defensor del Pueblo de Cochabamba, Nelson Cox, según ha recogido el diario local ‘Los Tiempos’. Cox ha agregado que cinco de los fallecidos han sido identificados como Omar Calle, César Sipe, Juan López, Emilio Colque y Lucas Sánchez.
Los hechos han tenido lugar en el puente Huayllani, en la ciudad de Sacaba, según el diario local ‘La Razón Digital’, que ha agregado que las fuerzas de seguridad han impedido que los cocaleros avanzaran y llegaran a la ciudad.
El comandante de la Policía de Cochabamba, Jaime Zurita, ha indicado que se ha incautado a los manifestantes armas de fuego, bazucas artesanales y explosivos.
«Hemos negociado hasta más no poder y entonces cuando las cosas pretenden salirse de control entonces la Policía tiene que tomar el mando y restablecer el orden público», ha indicado Zurita tras retomar el control del puente.
Zurita ha añadido que los cocaleros pretendían ingresar hacia Cochabamba de manera «pacífica», pero que, finalmente, «se les encontró armamento y artefactos explosivos», ha sostenido.
Por su parte, el ex presidente de Bolivia, Evo Morales, ha condenado las muertes de los cocaleros y el uso de fuego real contra los manifestantes.
«Condeno y denuncio ante el mundo que el régimen golpista que tomó el poder por asalto en mi querida Bolivia reprime con balas de las Fuerzas Armadas y la Policía al pueblo que reclama pacificación y reposición del Estado de Derecho», ha indicado en su cuenta de Twitter. «Ahora asesinan a nuestros hermanos en Sacaba, Cochabamba», ha lamentado.
En este contexto, Morales también ha pedido que las Fuerzas Armadas y la Policía bolivianas «paren la masacre». «El uniforme de las instituciones de la patria no puede mancharse con la sangre de nuestro pueblo», ha reclamado.
«La dictadura de Jeanine Áñez y los golpistas (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho nos acusaron de ‘dictadura'», ha continuado el expresidente de Bolivia. «Ahora su ‘presidenta’ autonombrada y su gabinete de abogados defensores de violadores y represores masacra al pueblo con las fuerzas armadas y la Policía como la verdadera dictadura», ha apostillado.
En este contexto, el ministro de Exteriores de Venezuela, Jorge Arreza, también ha denunciado la «represión desmedida» y la «masacre» en Cochabamba.
«Imágenes fuertes, pero necesarias, para denunciar el carácter represor y dictatorial de quienes han asaltado el poder en Bolivia», ha escrito en su cuenta de Twitter, acompañando el mensaje con un vídeo. «La comunidad internacional debe condenar y actuar para detener esta barbarie», ha zanjado.
MÁS DE 100 DETENIDOS EN LA PAZ
Un total de 110 personas también han sido detenidas este viernes en La Paz en una nueva jornada de protestas en Bolivia, en este caso contra el Gobierno de Áñez, ha informado el diario ‘El deber’.
«Estamos procesando cada caso particular, se les están revisando sus pertenencias, hemos encontrado artefactos explosivos, piedas, palos, hondas, objetos contundentes con los que estaban causando temor a su paso», ha indicado el subdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, Cristian Saavedra.
La crisis política en Bolivia estalló tras las elecciones presidenciales celebradas el pasado 20 de octubre. Morales proclamó su victoria mientras que la oposición denunció un «fraude gigantesco». La auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha confirmado «irregularidades».
Morales dimitió el domingo y el martes llegó a México en calidad de asiliado político. Áñez se ha proclamado mandataria interina para evitar el vacío de poder dejado por la renuncia del líder indígena y otros altos cargos, asegurando que su objetivo es celebrar nuevas elecciones.