El insólito caso ocurrió Denver, Estados Unidos. En esa ciudad de Estados Unidos, un hombre de 36 años, oriundo de Tallassee y que estaba de vacaciones, violó a una yegua en un rancho y, al ser descubierto por el dueño del lugar, alegó que el animal lo sedujo a él.
«Escuché mucho ruido que venía del establo», contó el hombre dueño del establecimiento, ubicado en Conifer, a pocas millas de Denver. «Temí que un animal salvaje haya irrumpido en el lugar y esté atacando a mis caballos», aseguró.
Y, en lugar de eso, encontró al hombre teniendo sexo con la yegua, que estaba gritando. Al ver eso, reprendió al violador del animal, al que reconoció ya que se estaba alojando en el lugar. Estaba «montándose» la misma yegua que había montado durante el día.
«Cuando le grité, se asustó y se subió los pantalones» y dijo que el violador le alegó que el animal «me sedujo hoy cuando la monté y tuve que tomarla». El hombre dueño del lugar le pidió que se retirará de ahí y quedó en shock: «Fue enfermizo, enfermizo y depravado», concluyó.
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