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GUERRA DE MALVINAS

T.O.M., el perro «artillero» que llevó un soldado del Grupo de Artillería 101 a Malvinas y salvo la vida a 16 militares

La historia increíble que fue protagonista el entonces cabo Primero Omar Liborio. «Nunca se separó de nosotros», contó el veterano de Guerra.

Locales

Pasó otro aniversario Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, y siempre en estas fechas solemos rendir honor a quienes defendieron con valentía la soberanía argentina en las islas argentinas del Atlántico Sur. Pero, ¿que pasaría si te contáramos la historia de un héroe de cuatro patas?

Así es, este es el relato de T.O.M. (por Teatro de Operaciones Malvinas), el único perro civil que viajó a Malvinas y se convirtió en uno de los personajes entrañables de la historia de nuestro país. Para comentarnos sobre su historia, el equipo de Escenario Mercenario se puso en comunicación con el Dr. Juan Enrique Romero, Médico Veterinario, quien se encargó de dar a conocer todos los detalles.

Este perro del cual desconocemos su raza, se cree que fue un Terrier pero no hay datos precisos, recibe su nombre a partir de las siglas Teatro Operativo de Malvinas. Su alias sería puesto por la brigada aérea que lo haría viajar como polizón hacia Malvinas. Este grupo estaba conformado por 16 militares argentinos, la mayoría conscriptos. Ocurrió en Junín, cuando este «cachorrón juguetón» se interpone tres veces al camión que estaba a punto de partir a una base en El Palmar, que luego tendría destino en las islas.

Al tercer intento, el entonces Cabo Liborio lo sube, y viaja como polizón para luego convertirse en el animal de compañía de toda la brigada. Era el único perro civil, aparte de los perros militares que habían acompañado al ejército argentino. Sin embargo, T.O.M. tenía una particularidad que resultó útil para este grupo: podía detectar la llegada del ejército inglés a través de su oído.

Se trataba de los Sea Harrier, aviones que los ingleses tenían y bombardeaban con fuego a las distintas brigadas antiaéreas y de distintas posiciones argentinas. Su agudo oído y sus ladridos pemitieron que todos los militares argentinos pudieran ponerse al resguardo de los ataques ingleses. Es más, gracias a Tom, los 16 militares argentinos volvieron a su tierra luego del conflicto. Tom fallece un día antes de la rendición gracias a una esquirla de granada que recibe de forma letal.

Años después, la historia llega al Dr. Juan Enrique Romero, quien conoce la historia de Tom de la mano de quien lo subió a ese camión, el Cabo Liborio, y deciden honrarlo como lo que fue: un héroe de cuatro patas. Actualmente tiene un monumento en Ascención, de donde es oriundo Liborio, y se llevó una réplica en el Museo de Malvinas. No hay registro fotográfico, por lo que la estatuta es un conjunto de testimonios de quienes tuvieron la dicha de conocerlo. Según comenta el Dr. fue emocionante ver reunirse nuevamente a esos 16 militares, en honor a quien sería su salvador.

LA HISTORIA DE LA HISTORIA DE TOM

En el libro «Así combatimos, la historia de los cañones de Junín en la Guerra de Malvinas», editado por el Grupo de Artillería 10 de Junín, Omar Liborio cuenta el inicio de la historia de TOM que arranca la mañana del sábado 17 de abril de 1982 cuando la unidad militar con asiento en Junín es movilizada al sur argentino. El entonces Cabo Primero cuenta:

«Llegó la orden de embarcar en la estación del ferrocarril y la unidad se trasladó hasta el andén de la ciudad. Como todavía nos faltaban entregar algunas camperas que llegaron a último momento, fui el último en salir del edificio de la batería. Afuera me esperaba un camión Fiat con equipos y más soldados auxiliares. Tomé el último manojo de camperas para ser entregados en el andén del ferrocarril y salí para el camión».

Sin embargo -dice el libro editado por el actual G.A. 10 sucesor del histórico Grupo de Artillería 10- a Liborio le sucedería antes de subir al camión que lo estaba esperando algo muy especial. El mismo lo cuenta:

«En eso se me cruza un perrito de raza idefinida que habían criado los soldados de la caldera que me hizo tropezar; lo eché, luego volvió a cruzarse y casi me hace caer, fue ahí que con todo el apuro lo levanté y lo cargué al camión, se lo di al soldado Gabriel Cepeda de la ciudad de Bragado quien asombrado me pregunta ¿Y eso, mi cabo primero?, le contesté: «Casi me hace caer dos veces así que se va a Malvinas, con nosotros». El soldado se puso contento y me preguntó, «cómo se llama». Yo no sabía pero le dije: «Desde hoy se llama TOM, que le parece? Porque TOM», me preguntó: «Porque vamos al Teatro de Operaciones Malvinas». Le contesté. Se transformó en nuestra mascota, tal vez el más mimado y querido por todos. Nunca se separó de nosotros.

Y ahí empezó la odisea de Tom. Para que no lo vieran los superiores, pasó de un bolsón a otro, o se lo tapaba con una manta; a veces estaba bajo la campera de un soldado, sacando apenas el hocico para poder respirar. Asi fuimos viajando desde San Antonio Oeste y por carretera a Comodoro Rivadavia, allí acampamos unos días, TOM pasaba desapercibido. 

Tom era un soldado más movilizado del Grupo de Artillería 101″.

VER MAS EN ESTE ARTICULO DE JUNINHISTORIA.COM: El Grupo de Artillería 101 en la Guerra de Malvinas: Los cañones son atacados desde el aire 

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