La violencia que se vivió en la tarde de hoy en la Plaza 25 de Mayo y las inmediaciones se convirtió en un “espectáculo” que el porcentaje más alto de los juninenses no quiere y reprueba.
Hoy hubo quienes eligieron la violencia ante los que piensan distinto
Por un lado, cerca de las 17 horas, juninenses y grupos de simpatizantes de LLA que llegaron desde localidades vecinas, se acercaban al teatro San Carlos, para participar o presenciar el acto en el que Javier Milei iba a presentar a los candidatos de la Alianza Libertad Avanza.
Por otro, en la plaza, manifestantes –que se estimaban en unos doscientos– se agrupaban para repudiar la llegada del presidente de la Nación.
Y lamentablemente, ganó la intolerancia, la falta de respeto por el pensamiento del otro.
Grupos de personas que llegaban de localidades vecinas iban estacionando sus vehículos a algunas cuadras del lugar en el que se iba a realizar el acto, sin caer en la cuenta que indefectiblemente iban a pasar por el mismo lugar en el que concentraron opositores a LLA.
Y la “recepción” fue lamentable. Abundaron los golpes, las patadas, las corridas, la búsqueda de algún lugar donde guarecerse.
Un grupo que estaba siendo atacado logró llegar a un supermercado ubicado a no más de 200 metros.
Primero fueron contenidos hasta la llegada de personal policial y de una ambulancia del servicio de emergencias.
Al Hospital iba a ser trasladado un hombre –Jorge, de unos 55 años– que había llegado desde la ciudad de Esteban Echeverría a participar del acto político.
Lo atendieron en la emergencia del HIGA donde le realizaron estudios para descartar lesiones graves.
Mientras ello estaba sucediendo, en otro lugar, no muy distante –sobre calle Avellaneda–, una mujer –Sandra, vecina de Malvinas Argentinas–, cuando escapaba de la agresión, perdió el equilibrio y terminó cayendo.
También para ella hizo falta una ambulancia, la asistencia del SAME, la derivación al centro asistencial público.
Por otra parte, otro pequeño grupo que escapaba de los golpes, llegó a un centro asistencial privado.
Ya iniciado el acto, un par de jovencitos que habían sido atacados y se los veía muy golpeados, optaron por ingresar en el teatro. Uno de ellos, como consecuencia de la paliza que le habían dado, se descompensó y debieron convocar a personal de salud que decidió derivarlo a un centro asistencial.
Las descriptas son apenas algunas de las historias que se repitieron durante la tarde, demostrando, una vez más, que si uno no piensa como el otro, las cosas se resuelven “a los golpes”.